[Biblein52weeks-es] Bible in 52 Weeks: 2 Chr 29-32 Day: 304

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Sat Oct 31 00:00:02 MDT 2020


Bible in 52 Weeks:  
II Chronicles 29:1: Y Ezech�as comenz� � reinar siendo de veinticinco a�os, y rein� veintinueve a�os en Jerusalem. El nombre de su madre fu� Ab�a, hija de Zach�r�as.
II Chronicles 29:2: � hizo lo recto en ojos de Jehov�, conforme � todas las cosas que hab�a hecho David su padre.
II Chronicles 29:3: En el primer a�o de su reinado, en el mes primero, abri� las puertas de la casa de Jehov�, y las repar�.
II Chronicles 29:4: � hizo venir los sacerdotes y Levitas, y junt�los en la plaza oriental.
II Chronicles 29:5: Y d�joles: O�dme, Levitas, y santificaos ahora, y santificar�is la casa de Jehov� el Dios de vuestros padres, y sacar�is del santuario la inmundicia.
II Chronicles 29:6: Porque nuestros padres se han rebelado, y han hecho lo malo en ojos de Jehov� nuestro Dios; que le dejaron, y apartaron sus ojos del tabern�culo de Jehov�, y le volvieron las espaldas.
II Chronicles 29:7: Y aun cerraron las puertas del p�rtico, y apagaron las l�mparas; no quemaron perfume, ni sacrificaron holocausto en el santuario al Dios de Israel.
II Chronicles 29:8: Por tanto la ira de Jehov� ha venido sobre Jud� y Jerusalem, y los ha entregado � turbaci�n, y � execraci�n y escarnio, como veis vosotros con vuestros ojos.
II Chronicles 29:9: Y he aqu� nuestros padres han ca�do � cuchillo, nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras mujeres son cautivas por esto.
II Chronicles 29:10: Ahora pues, yo he determinado hacer alianza con Jehov� el Dios de Israel, para que aparte de nosotros la ira de su furor.
II Chronicles 29:11: Hijos m�os, no os enga��is ahora, porque Jehov� os ha escogido � vosotros para que est�is delante de �l, y le sirv�is, y se�is sus ministros, y le quem�is perfume.  
II Chronicles 29:12:   Entonces los Levitas se levantaron, Mahath hijo de Amasai, y Joel hijo de Azar�as, de los hijos de Coath; y de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi, y Azar�as hijo de Jehaleleel; y de los hijos de Gers�n, Joah hijo de Zimma, y Ed�n hijo de Joah;
II Chronicles 29:13: Y de los hijos de Elisaph�n, Simri y Jehiel; y de los hijos de Asaph, Zach�r�as y Mathan�as;
II Chronicles 29:14: Y de los hijos de Hem�n, Jehiel y Simi; y de los hijos de Jeduth�n, Seme�as y Uzziel.
II Chronicles 29:15: �stos juntaron � sus hermanos, y santific�ronse, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehov�, para limpiar la casa de Jehov�.
II Chronicles 29:16: Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehov� para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehov�, al atrio de la casa de Jehov�; la cual tomaron los Levitas, para sacarla fuera al torrente de Cedr�n.
II Chronicles 29:17: Y comenzaron � santificar el primero del mes primero, y � los ocho del mismo mes vinieron al p�rtico de Jehov�: y santificaron la casa de Jehov� en ocho d�as, y en el diecis�is del mes primero acabaron.
II Chronicles 29:18: Luego pasaron al rey Ezech�as y dij�ronle: Ya hemos limpiado toda la casa de Jehov�, el altar del holocausto, y todos sus instrumentos, y la mesa de la proposici�n con todos sus utensilios.
II Chronicles 29:19: Asimismo hemos preparado y santificado todos los vasos que en su prevaricaci�n hab�a maltratado el rey Ach�z, cuando reinaba: y he aqu� est�n delante del altar de Jehov�.  
II Chronicles 29:20:   Y levant�ndose de ma�ana el rey Ezech�as reuni� los principales de la ciudad, y subi� � la casa de Jehov�.
II Chronicles 29:21: Y presentaron siete novillos, siete carneros, siete corderos, y siete machos de cabr�o, para expiaci�n por el reino, por el santuario y por Jud�. Y dijo � los sacerdotes hijos de Aar�n, que los ofreciesen sobre el altar de Jehov�.
II Chronicles 29:22: Mataron pues los bueyes, y los sacerdotes tomaron la sangre, y esparci�ronla sobre el altar; mataron luego los carneros, y esparcieron la sangre sobre el altar; asimismo mataron los corderos, y esparcieron la sangre sobre el altar.
II Chronicles 29:23: Hicieron despu�s llegar los machos cabr�os de la expiaci�n delante del rey y de la multitud, y pusieron sobre ellos sus manos:
II Chronicles 29:24: Y los sacerdotes los mataron, y expiando esparcieron la sangre de ellos sobre el altar, para reconciliar � todo Israel: porque por todo Israel mand� el rey hacer el holocausto y la expiaci�n.
II Chronicles 29:25: Puso tambi�n Levitas en la casa de Jehov� con c�mbalos, y salterios, y arpas, conforme al mandamiento de David, y de Gad vidente del rey, y de Nath�n profeta: porque aquel mandamiento fu� por mano de Jehov�, por mano de sus profetas.
II Chronicles 29:26: Y los Levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas.
II Chronicles 29:27: Entonces mand� Ezech�as sacrificar el holocausto en el altar; y al tiempo que comenz� el holocausto, comenz� tambi�n el c�ntico de Jehov�, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel.
II Chronicles 29:28: Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompetas sonaban las trompetas; todo hasta acabarse el holocausto.
II Chronicles 29:29: Y como acabaron de ofrecer, inclin�se el rey, y todos los que con �l estaban, y adoraron.
II Chronicles 29:30: Entonces el rey Ezech�as y los pr�ncipes dijeron � los Levitas que alabasen � Jehov� por las palabras de David y de Asaph vidente: y ellos alabaron con grande alegr�a, � inclin�ndose adoraron.
II Chronicles 29:31: Y respondiendo Ezech�as dijo: Vosotros os hab�is consagrado ahora � Jehov�; llegaos pues, y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehov�. Y la multitud present� sacrificios y alabanzas; y todo liberal de coraz�n, holocaustos.
II Chronicles 29:32: Y fu� el n�mero de los holocaustos que trajo la congregaci�n, setenta bueyes, cien carneros, doscientos corderos; todo para el holocausto de Jehov�.
II Chronicles 29:33: Y las ofrendas fueron seiscientos bueyes, y tres mil ovejas.
II Chronicles 29:34: Mas los sacerdotes eran pocos, y no pod�an bastar � desollar los holocaustos; y as� sus hermanos los Levitas les ayudaron hasta que acabaron la obra, y hasta que los sacerdotes se santificaron: porque los Levitas tuvieron mayor prontitud de coraz�n para santificarse, que los sacerdotes.
II Chronicles 29:35: As� pues hubo gran multitud de holocaustos, con sebos de pac�ficos, y libaciones de cada holocausto. Y qued� ordenado el servicio de la casa de Jehov�.
II Chronicles 29:36: Y alegr�se Ezech�as, y todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fu� prestamente hecha.   
II Chronicles 30:1: ENVI� tambi�n Ezech�as por todo Israel y Jud�, y escribi� letras � Ephraim y Manas�s, que viniesen � Jerusalem � la casa de Jehov�, para celebrar la pascua � Jehov� Dios de Israel.
II Chronicles 30:2: Y hab�a el rey tomado consejo con sus pr�ncipes, y con toda la congregaci�n en Jerusalem, para celebrar la pascua en el mes segundo:
II Chronicles 30:3: Porque entonces no la pod�an celebrar, por cuanto no hab�a suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo estaba junto en Jerusalem.
II Chronicles 30:4: Esto agrad� al rey y � toda la multitud.
II Chronicles 30:5: Y determinaron hacer pasar preg�n por todo Israel, desde Beer-seba hasta Dan, para que viniesen � celebrar la pascua � Jehov� Dios de Israel, en Jerusalem: porque en mucho tiempo no la hab�an celebrado al modo que est� escrito.
II Chronicles 30:6: Fueron pues correos con letras de mano del rey y de sus pr�ncipes por todo Israel y Jud�, como el rey lo hab�a mandado, y dec�an: Hijos de Israel, volveos � Jehov� el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, y �l se volver� � las reliquias que os han quedado de la mano de los reyes de Asiria.
II Chronicles 30:7: No se�is como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra Jehov� el Dios de sus padres, y �l los entreg� � desolaci�n, como vosotros veis.
II Chronicles 30:8: No endurezc�is pues ahora vuestra cerviz como vuestros padres: dad la mano � Jehov�, y venid � su santuario, el cual �l ha santificado para siempre; y servid � Jehov� vuestro Dios, y la ira de su furor se apartar� de vosotros.
II Chronicles 30:9: Porque si os volviereis � Jehov�, vuestros hermanos y vuestros hijos hallar�n misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volver�n � esta tierra: porque Jehov� vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no volver� de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis � �l.
II Chronicles 30:10: Pasaron pues los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Ephraim y Manas�s, hasta Zabul�n: mas se re�an y burlaban de ellos.
II Chronicles 30:11: Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manas�s, y de Zabul�n, se humillaron, y vinieron � Jerusalem.
II Chronicles 30:12: En Jud� tambi�n fu� la mano de Dios para darles un coraz�n para cumplir el mensaje del rey y de los pr�ncipes, conforme � la palabra de Jehov�.  
II Chronicles 30:13:   Y junt�se en Jerusalem mucha gente para celebrar la solemnidad de los �zimos en el mes segundo; una vasta reuni�n.
II Chronicles 30:14: Y levant�ndose, quitaron los altares que hab�a en Jerusalem; quitaron tambi�n todos los altares de perfumes, y ech�ronlos en el torrente de Cedr�n.
II Chronicles 30:15: Entonces sacrificaron la pascua, � los catorce del mes segundo; y los sacerdotes y los Levitas se santificaron con verg�enza, y trajeron los holocaustos � la casa de Jehov�.
II Chronicles 30:16: Y pusi�ronse en su orden conforme � su costumbre, conforme � la ley de Mois�s var�n de Dios; los sacerdotes esparc�an la sangre que recib�an de manos de los Levitas:
II Chronicles 30:17: Porque hab�a muchos en la congregaci�n que no estaban santificados, y por eso los Levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se hab�an limpiado, para santificarlos � Jehov�.
II Chronicles 30:18: Porque una gran multitud del pueblo de Ephraim y Manas�s, y de Issach�r y Zabul�n, no se hab�an purificado, y comieron la pascua no conforme � lo que est� escrito. Mas Ezech�as or� por ellos, diciendo: Jehov�, que es bueno, sea propicio � todo aquel que ha apercibido su coraz�n para buscar � Dios,
II Chronicles 30:19: � Jehov� el Dios de sus padres, aunque no est� purificado seg�n la purificaci�n del santuario.
II Chronicles 30:20: Y oy� Jehov� � Ezech�as, y san� al pueblo.  
II Chronicles 30:21:   As� celebraron los hijos de Israel que se hallaron en Jerusalem, la solemnidad de los panes sin levadura por siete d�as con grande gozo: y alababan � Jehov� todos los d�as los Levitas y los sacerdotes, cantando con instrumentos de fortaleza � Jehov�.
II Chronicles 30:22: Y habl� Ezech�as al coraz�n de todos los Levitas que ten�an buena inteligencia en el servicio de Jehov�. Y comieron de lo sacrificado en la solemnidad por siete d�as, ofreciendo sacrificios pac�ficos, y dando gracias � Jehov� el Dios de sus padres.
II Chronicles 30:23: Y toda aquella multitud determin� que celebrasen otros siete d�as; y celebraron otros siete d�as con alegr�a.
II Chronicles 30:24: Porque Ezech�as rey de Jud� hab�a dado � la multitud mil novillos y siete mil ovejas; y tambi�n los pr�ncipes dieron al pueblo mil novillos y diez mil ovejas: y muchos sacerdotes se santificaron.
II Chronicles 30:25: Alegr�se pues toda la congregaci�n de Jud�, como tambi�n los sacerdotes y Levitas, y toda la multitud que hab�a venido de Israel; asimismo los extranjeros que hab�an venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Jud�.
II Chronicles 30:26: � hici�ronse grandes alegr�as en Jerusalem: porque desde los d�as de Salom�n hijo de David rey de Israel, no hab�a habido cosa tal en Jerusalem.
II Chronicles 30:27: Levant�ndose despu�s los sacerdotes y Levitas, bendijeron al pueblo: y la voz de ellos fu� o�da, y su oraci�n lleg� � la habitaci�n de su santuario, al cielo.   
II Chronicles 31:1: HECHAS todas estas cosas, todos los de Israel que se hab�an hallado all�, salieron por las ciudades de Jud�, y quebraron las estatuas y destruyeron los bosques, y derribaron los altos y los altares por todo Jud� y Benjam�n, y tambi�n en Ephraim y Manas�s, hasta acabarlo todo. Despu�s volvi�ronse todos los hijos de Israel, cada uno � su posesi�n y � sus ciudades.
II Chronicles 31:2: Y arregl� Ezech�as los repartimientos de los sacerdotes y de los Levitas conforme � sus �rdenes, cada uno seg�n su oficio, los sacerdotes y los Levitas para el holocausto y pac�ficos, para que ministrasen, para que confesasen y alabasen � las puertas de los reales de Jehov�.
II Chronicles 31:3: La contribuci�n del rey de su hacienda, era holocaustos � ma�ana y tarde, y holocaustos para los s�bados, nuevas lunas, y solemnidades, como est� escrito en la ley de Jehov�.
II Chronicles 31:4: Mand� tambi�n al pueblo que habitaba en Jerusalem, que diesen la porci�n � los sacerdotes y Levitas, para que se esforzasen en la ley de Jehov�.
II Chronicles 31:5: Y como este edicto fu� divulgado, los hijos de Israel dieron muchas primicias de grano, vino, aceite, miel, y de todos los frutos de la tierra: trajeron asimismo los diezmos de todas las cosas en abundancia.
II Chronicles 31:6: Tambi�n los hijos de Israel y de Jud�, que habitaban en las ciudades de Jud�, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas: y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que hab�an prometido � Jehov� su Dios, y pusi�ronlos por montones.
II Chronicles 31:7: En el mes tercero comenzaron � fundar aquellos montones, y en el mes s�ptimo acabaron.
II Chronicles 31:8: Y Ezech�as y los pr�ncipes vinieron � ver los montones, y bendijeron � Jehov�, y � su pueblo Israel.
II Chronicles 31:9: Y pregunt� Ezech�as � los sacerdotes y � los Levitas acerca de los montones.
II Chronicles 31:10: Y respondi�le Azar�as, sumo sacerdote, de la casa de Sadoc, y dijo: Desde que comenzaron � traer la ofrenda � la casa de Jehov�, hemos comido y saci�donos, y nos ha sobrado mucho: porque Jehov� ha bendecido su pueblo, y ha quedado esta muchedumbre.  
II Chronicles 31:11:   Entonces mand� Ezech�as que preparasen c�maras en la casa de Jehov�; y prepar�ronlas.
II Chronicles 31:12: Y metieron las primicias y diezmos y las cosas consagradas, fielmente; y dieron cargo de ello � Ch�nan�as Levita, el principal, y Simi su hermano fu� el segundo.
II Chronicles 31:13: Y Jehiel, Azaz�as, Nahath, Asael, Jerimoth, Josabad, Eliel, Ismach�as, Mahaath, y Bena�as, fueron sobrestantes bajo la mano de Ch�nan�as y de Simi su hermano, por mandamiento del rey Ezech�as y de Azar�as, pr�ncipe de la casa de Dios.
II Chronicles 31:14: Y Cor� hijo de Imna Levita, portero al oriente, ten�a cargo de las limosnas de Dios, y de las ofrendas de Jehov� que se daban, y de todo lo que se santificaba.
II Chronicles 31:15: Y � su mano estaba Ed�n, Benjam�n, Jeshua, Sema�as, Amar�as, y Sech�n�as, en las ciudades de los sacerdotes, para dar con fidelidad � sus hermanos sus partes conforme � sus �rdenes, as� al mayor como al menor:
II Chronicles 31:16: � m�s de los varones anotados por sus linajes, de tres a�os arriba, � todos los que entraban en la casa de Jehov�, su porci�n diaria por su ministerio, seg�n sus oficios y clases;
II Chronicles 31:17: Tambi�n � los que eran contados entre los sacerdotes por las familias de sus padres, y � los Levitas de edad de veinte a�os arriba, conforme � sus oficios y �rdenes;
II Chronicles 31:18: Asimismo � los de su generaci�n con todos sus ni�os, y sus mujeres, y sus hijos � hijas, � toda la familia; porque con fidelidad se consagraban � las cosas santas.
II Chronicles 31:19: Del mismo modo en orden � los hijos de Aar�n, sacerdotes, que estaban en los ejidos de sus ciudades, por todas las ciudades, los varones nombrados ten�an cargo de dar sus porciones � todos los varones de los sacerdotes, y � todo el linaje de los Levitas.
II Chronicles 31:20: De esta manera hizo Ezech�as en todo Jud�: y ejecut� lo bueno, recto, y verdadero, delante de Jehov� su Dios.
II Chronicles 31:21: En todo cuanto comenz� en el servicio de la casa de Dios, y en la ley y mandamientos, busc� � su Dios, � h�zolo de todo coraz�n, y fu� prosperado.   
II Chronicles 32:1: DESPU�S de estas cosas y de esta fidelidad, vino Sennach�rib rey de los Asirios, entr� en Jud�, y asent� campo contra las ciudades fuertes, y determin� de entrar en ellas.
II Chronicles 32:2: Viendo pues Ezech�as la venida de Sennach�rib, y su aspecto de combatir � Jerusalem,
II Chronicles 32:3: Tuvo su consejo con sus pr�ncipes y con sus valerosos, sobre cegar las fuentes de las aguas que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron.
II Chronicles 32:4: Junt�se pues mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que derrama por en medio del territorio, diciendo: �Por qu� han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vinieren?
II Chronicles 32:5: Alent�se as� Ezech�as, y edific� todos los muros ca�dos, � hizo alzar las torres, y otro muro por de fuera: fortific� adem�s � Millo en la ciudad de David, � hizo muchas espadas y paveses.
II Chronicles 32:6: Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, � h�zolos reunir as� en la plaza de la puerta de la ciudad, y habl�les al coraz�n de ellos, diciendo:
II Chronicles 32:7: Esforzaos y confortaos; no tem�is, ni hay�is miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con �l viene; porque m�s son con nosotros que con �l.
II Chronicles 32:8: Con �l es el brazo de carne, mas con nosotros Jehov� nuestro Dios para ayudarnos, y pelear nuestras batallas. Y afirm�se el pueblo sobre las palabras de Ezech�as rey de Jud�.  
II Chronicles 32:9:   Despu�s de esto Sennach�rib rey de los Asirios, estando �l sobre Lach�s y con �l toda su potencia, envi� sus siervos � Jerusalem, para decir � Ezech�as rey de Jud�, y � todos los de Jud� que estaban en Jerusalem:
II Chronicles 32:10: As� ha dicho Sennach�rib rey de los Asirios: �En qui�n confi�is vosotros para estar cercados en Jerusalem?
II Chronicles 32:11: �No os enga�a Ezech�as para entregaros � muerte, � hambre, y � sed, diciendo: Jehov� nuestro Dios nos librar� de la mano del rey de Asiria?
II Chronicles 32:12: �No es Ezech�as el que ha quitado sus altos y sus altares, y dijo � Jud� y � Jerusalem: Delante de este solo altar adorar�is, y sobre �l quemar�is perfume?
II Chronicles 32:13: �No hab�is sabido lo que yo y mis padres hemos hecho � todos los pueblos de la tierra? �Pudieron los dioses de las gentes de las tierras librar su tierra de mi mano?
II Chronicles 32:14: �Qu� dios hubo de todos los dioses de aquellas gentes que destruyeron mis padres, que pudiese salvar su pueblo de mis manos? �Por qu� podr� vuestro Dios libraros de mi mano?
II Chronicles 32:15: Ahora pues, no os enga�e Ezech�as, ni os persuada tal cosa, ni le cre�is; que si ning�n dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, �cu�nto menos vuestro Dios os podr� librar de mi mano?
II Chronicles 32:16: Y otras cosas hablaron sus siervos contra el Dios Jehov�, y contra su siervo Ezech�as.
II Chronicles 32:17: Adem�s de todo esto escribi� letras en que blasfemaba � Jehov� el Dios de Israel, y hablaba contra �l, diciendo: Como los dioses de las gentes de los pa�ses no pudieron librar su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezech�as librar� al suyo de mis manos.
II Chronicles 32:18: Y clamaron � gran voz en judaico al pueblo de Jerusalem que estaba en los muros, para espantarlos y ponerles temor, para tomar la ciudad.
II Chronicles 32:19: Y hablaron contra el Dios de Jerusalem, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, obra de manos de hombres.
II Chronicles 32:20: Mas el rey Ezech�as, y el profeta Isa�as hijo de Am�s, oraron por esto, y clamaron al cielo.
II Chronicles 32:21: Y Jehov� envi� un �ngel, el cual hiri� � todo valiente y esforzado, y � los jefes y capitanes en el campo del rey de Asiria. Volvi�se por tanto con verg�enza de rostro � su tierra; y entrando en el templo de su dios, all� lo mataron � cuchillo los que hab�an salido de sus entra�as.
II Chronicles 32:22: As� salv� Jehov� � Ezech�as y � los moradores de Jerusalem de las manos de Sennach�rib rey de Asiria, y de las manos de todos: y preserv�los de todas partes.
II Chronicles 32:23: Y muchos trajeron ofrenda � Jehov� � Jerusalem, y � Ezech�as rey de Jud�, ricos dones; y fu� muy grande delante de todas las gentes despu�s de esto.  
II Chronicles 32:24:   En aquel tiempo Ezech�as enferm� de muerte: y or� � Jehov�, el cual le respondi�, y di�le una se�al.
II Chronicles 32:25: Mas Ezech�as no pag� conforme al bien que le hab�a sido hecho: antes se enalteci� su coraz�n, y fu� la ira contra �l, y contra Jud� y Jerusalem.
II Chronicles 32:26: Empero Ezech�as, despu�s de haberse engre�do su coraz�n, se humill�, �l y los moradores de Jerusalem; y no vino sobre ellos la ira de Jehov� en los d�as de Ezech�as.
II Chronicles 32:27: Y tuvo Ezech�as riquezas y gloria mucha en gran manera; � h�zose de tesoros de plata y oro, de piedras preciosas, de aromas, de escudos, y de todas alhajas de desear;
II Chronicles 32:28: Asimismo dep�sitos para las rentas del grano, del vino, y aceite; establos para toda suerte de bestias, y majadas para los ganados.
II Chronicles 32:29: H�zose tambi�n ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran copia; porque Dios le hab�a dado mucha hacienda.
II Chronicles 32:30: Este Ezech�as tap� los manaderos de las aguas de Gih�n la de arriba, y encamin�las abajo al occidente de la ciudad de David. Y fu� prosperado Ezech�as en todo lo que hizo.
II Chronicles 32:31: Empero en lo de los embajadores de los pr�ncipes de Babilonia, que enviaron � �l para saber del prodigio que hab�a acaecido en aquella tierra, Dios lo dej�, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su coraz�n.
II Chronicles 32:32: Lo dem�s de los hechos de Ezech�as, y de sus misericordias, he aqu� todo est� escrito en la profec�a de Isa�as profeta, hijo de Am�s, en el libro de los reyes de Jud� y de Israel.
II Chronicles 32:33: Y durmi� Ezech�as con sus padres, y sepult�ronlo en los m�s insignes sepulcros de los hijos de David, honr�ndole en su muerte todo Jud� y los de Jerusalem: y rein� en su lugar Manas�s su hijo.   
(SpaRV)


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