Lección: El hijo pródigo<br>
Lectura: La oración de arrepentimiento de Daniel 2021-01-26<br>
Reference: Daniel 9:3-19; (RVR1909)<br>
<br>Daniel 9:3-19<br><p class="p"><br><span data-number="3" data-sid="DAN 9:3" class="v">3</span> Y volví mi rostro al Señor Dios, buscándole en oración y ruego, en ayuno, y cilicio, y ceniza.</p><p class="p"><br><span data-number="4" data-sid="DAN 9:4" class="v">4</span> Y oré á Jehová mi Dios, y confesé, y dije: Ahora Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;</p><p class="p"><br><span data-number="5" data-sid="DAN 9:5" class="v">5</span> Hemos pecado, hemos hecho iniquidad, hemos obrado impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus juicios.</p><p class="p"><br><span data-number="6" data-sid="DAN 9:6" class="v">6</span> No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron á nuestros reyes, y á nuestros príncipes, á nuestros padres, y á todo el pueblo de la tierra.</p><p class="p"><br><span data-number="7" data-sid="DAN 9:7" class="v">7</span> Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy á todo hombre de Judá, y á los moradores de Jerusalem, y á todo Israel, a los de cerca y á los de lejos, en todas las tierras á donde los has echado á causa de su rebelión con que contra ti se rebelaron.</p><p class="s">1 Oración de Daniel.</p><p class="s">2 Las setenta semanas.</p><p class="p"><br><span data-number="8" data-sid="DAN 9:8" class="v">8</span> Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes, y de nuestros padres; porque contra ti pecamos.</p><p class="p"><br><span data-number="9" data-sid="DAN 9:9" class="v">9</span> De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia, y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado;</p><p class="p"><br><span data-number="10" data-sid="DAN 9:10" class="v">10</span> Y no obedecimos á la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes, las cuales puso él delante de nosotros por mano de sus siervos los profetas.</p><p class="p"><br><span data-number="11" data-sid="DAN 9:11" class="v">11</span> Y todo Israel traspasó tu ley apartándose para no oir tu voz: por lo cual ha fluído sobre nosotros la maldición, y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos.</p><p class="p"><br><span data-number="12" data-sid="DAN 9:12" class="v">12</span> Y él ha verificado su palabra que habló sobre nosotros, y sobre nuestros jueces que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; que nunca fué hecho debajo del cielo como el que fué hecho en Jerusalem.</p><p class="p"><br><span data-number="13" data-sid="DAN 9:13" class="v">13</span> Según está escrito en la ley de Moisés, todo aqueste mal vino sobre nosotros: y no hemos rogado á la faz de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades, y entender tu verdad.</p><p class="p"><br><span data-number="14" data-sid="DAN 9:14" class="v">14</span> Veló por tanto Jehová sobre el mal, y trájolo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que hizo, porque no obedecimos á su voz.</p><p class="p"><br><span data-number="15" data-sid="DAN 9:15" class="v">15</span> Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste nombre cual en este día; hemos pecado, impíamente hemos hecho.</p><p class="p"><br><span data-number="16" data-sid="DAN 9:16" class="v">16</span> Oh Señor, según todas tus justicias, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalem, tu santo monte: porque á causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusalem y tu pueblo dados son en oprobio á todos en derredor nuestro.</p><p class="p"><br><span data-number="17" data-sid="DAN 9:17" class="v">17</span> Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos, y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor.</p><p class="p"><br><span data-number="18" data-sid="DAN 9:18" class="v">18</span> Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestros asolamientos, y la ciudad sobre la cual es llamado tu nombre: porque no derramamos nuestros ruegos ante tu acatamiento <span class="it">confiados</span> en nuestras justicias, sino en tus muchas miseraciones.</p><p class="p"><br><span data-number="19" data-sid="DAN 9:19" class="v">19</span> Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y haz; no pongas dilación, por amor de ti mismo, Dios mío: porque tu nombre es llamado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.</p>
Reina-Valera 1909 - Dominio público.
Fue realizada por Sociedades Bíblicas Unidas y publicada por primera vez en 1909.
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