[Biblein52weeks-es] Bible in 52 Weeks: 2 Chr 1-5 Day: 262

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Fri Sep 20 00:00:02 MDT 2019


Bible in 52 Weeks:  
II Chronicles 1:1: Y SALOM�N hijo de David fu� afirmado en su reino; y Jehov� su Dios fu� con �l, y le engrandeci� sobremanera.
II Chronicles 1:2: Y llam� Salom�n � todo Israel, tribunos, centuriones, y jueces, y � todos los pr�ncipes de todo Israel, cabezas de familias.
II Chronicles 1:3: Y fu� Salom�n, y con �l toda esta junta, al alto que hab�a en Gaba�n; porque all� estaba el tabern�culo del testimonio de Dios, que Mois�s siervo de Jehov� hab�a hecho en el desierto.
II Chronicles 1:4: Mas David hab�a tra�do el arca de Dios de Ch�riath-jearim al lugar que �l le hab�a preparado; porque �l le hab�a tendido una tienda en Jerusalem.
II Chronicles 1:5: Asimismo el altar de bronce que hab�a hecho Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, estaba all� delante del tabern�culo de Jehov�, al cual fu� � consultar Salom�n con aquella junta.
II Chronicles 1:6: Subi� pues Salom�n all� delante de Jehov�, al altar de bronce que estaba en el tabern�culo del testimonio, y ofreci� sobre �l mil holocaustos.
II Chronicles 1:7: Y aquella noche apareci� Dios � Salom�n, y d�jole: Demanda lo que quisieres que yo te d�.
II Chronicles 1:8: Y Salom�n dijo � Dios: T� has hecho con David mi padre grande misericordia, y � m� me has puesto por rey en lugar suyo.
II Chronicles 1:9: Conf�rmese pues ahora, oh Jehov� Dios, tu palabra dada � David mi padre; porque t� me has puesto por rey sobre un pueblo en muchedumbre como el polvo de la tierra.
II Chronicles 1:10: Dame ahora sabidur�a y ciencia, para salir y entrar delante de este pueblo: porque �qui�n podr� juzgar este tu pueblo tan grande?
II Chronicles 1:11: Y dijo Dios � Salom�n: Por cuanto esto fu� en tu coraz�n, que no pediste riquezas, hacienda, � gloria, ni el alma de los que te quieren mal, ni pediste muchos d�as, sino que has pedido para ti sabidur�a y ciencia para juzgar mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey,
II Chronicles 1:12: Sabidur�a y ciencia te es dada; y tambi�n te dar� riquezas, hacienda, y gloria, cual nunca hubo en los reyes que han sido antes de ti, ni despu�s de ti habr� tal.  
II Chronicles 1:13:   Y volvi� Salom�n � Jerusalem del alto que estaba en Gaba�n, de ante el tabern�culo del testimonio; y rein� sobre Israel.
II Chronicles 1:14: Y junt� Salom�n carros y gente de � caballo; y tuvo mil y cuatrocientos carros, y doce mil jinetes, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalem.
II Chronicles 1:15: Y puso el rey plata y oro en Jerusalem como piedras, y cedro como cabrahigos que nacen en los campos en abundancia.
II Chronicles 1:16: Y sacaban caballos y lienzos finos de Egipto para Salom�n; pues por contrato tomaban all� los mercaderes del rey caballos y lienzos.
II Chronicles 1:17: Y sub�an, y sacaban de Egipto, un carro por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento y cincuenta: y as� se sacaban por medio de ellos para todos los reyes de los Hetheos, y para los reyes de Siria.   
II Chronicles 2:1: DETERMIN� pues Salom�n edificar casa al nombre de Jehov�, y otra casa para su reino.
II Chronicles 2:2: Y cont� Salom�n setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en el monte, y tres mil y seiscientos que los gobernasen.
II Chronicles 2:3: Y envi� � decir Salom�n � Hiram rey de Tiro: Haz conmigo como hiciste con David mi padre, envi�ndole cedros para que edificara para s� casa en que morase.
II Chronicles 2:4: He aqu� yo tengo que edificar casa al nombre de Jehov� mi Dios, para consagr�rsela, para quemar perfumes arom�ticos delante de �l, y para la colocaci�n continua de los panes de la proposici�n, y para holocaustos � ma�ana y tarde, y los s�bados, y nuevas lunas, y festividades de Jehov� nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.
II Chronicles 2:5: Y la casa que tengo que edificar, ha de ser grande: porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses.
II Chronicles 2:6: Mas �qui�n ser� tan poderoso que le edifique casa? Los cielos y los cielos de los cielos no le pueden comprender; �qui�n pues soy yo, que le edifique casa, sino para quemar perfumes delante de �l?
II Chronicles 2:7: Env�ame pues ahora un hombre h�bil, que sepa trabajar en oro, y en plata, y en metal, y en hierro, en p�rpura, y en grana, y en c�rdeno, y que sepa esculpir con los maestros que est�n conmigo en Jud� y en Jerusalem, los cuales previno mi padre.
II Chronicles 2:8: Env�ame tambi�n madera de cedro, de haya, de pino, del L�bano: porque yo s� que tus siervos entienden de cortar madera en el L�bano; y he aqu�, mis siervos ir�n con los tuyos,
II Chronicles 2:9: Para que me apresten mucha madera, porque la casa que tengo de edificar ha de ser grande y portentosa.
II Chronicles 2:10: Y he aqu� para los operarios tus siervos, cortadores de la madera, he dado veinte mil coros de trigo en grano, y veinte mil coros de cebada, y veinte mil batos de vino, y veinte mil batos de aceite.  
II Chronicles 2:11:   Entonces Hiram rey de Tiro respondi� por letras, las que envi� � Salom�n: Porque Jehov� am� � su pueblo, te ha puesto por rey sobre ellos.
II Chronicles 2:12: Y adem�s dec�a Hiram: Bendito sea Jehov� el Dios de Israel, que hizo los cielos y la tierra, y que di� al rey David hijo sabio, entendido, cuerdo y prudente, que edifique casa � Jehov�, y casa para su reino.
II Chronicles 2:13: Yo pues te he enviado un hombre h�bil y entendido, que fu� de Hiram mi padre,
II Chronicles 2:14: Hijo de una mujer de las hijas de Dan, mas su padre fu� de Tiro; el cual sabe trabajar en oro, y plata, y metal, y hierro, en piedra y en madera, en p�rpura, y en c�rdeno, en lino y en carmes�; asimismo para esculpir todas figuras, y sacar toda suerte de dise�o que se le propusiere, y estar con tus hombres peritos, y con los de mi se�or David tu padre.
II Chronicles 2:15: Ahora pues, enviar� mi se�or � sus siervos el trigo y cebada, y aceite y vino, que ha dicho;
II Chronicles 2:16: Y nosotros cortaremos en el L�bano la madera que hubieres menester, y te la traeremos en balsas por la mar hasta Joppe, y t� la har�s llevar hasta Jerusalem.
II Chronicles 2:17: Y cont� Salom�n todos los hombres extranjeros que estaban en la tierra de Israel, despu�s de haberlos ya contado David su padre, y fueron hallados ciento cincuenta y tres mil seiscientos.
II Chronicles 2:18: Y se�al� de ellos setenta mil para llevar cargas, y ochenta mil que cortasen en el monte, y tres mil y seiscientos por sobrestantes para hacer trabajar al pueblo.   
II Chronicles 3:1: Y COMENZ� Salom�n � edificar la casa en Jerusalem, en el monte Moria que hab�a sido mostrado � David su padre, en el lugar que David hab�a preparado en la era de Orn�n Jebuseo.
II Chronicles 3:2: Y comenz� � edificar en el mes segundo, � dos del mes, en el cuarto a�o de su reinado.
II Chronicles 3:3: Estas son las medidas de que Salom�n fund� el edificio de la casa de Dios. La primera medida fu�, la longitud de sesenta codos; y la anchura de veinte codos.
II Chronicles 3:4: El p�rtico que estaba en la delantera de la longitud, era de veinte codos al frente del ancho de la casa, y su altura de ciento y veinte: y cubri�lo por dentro de oro puro.
II Chronicles 3:5: Y tech� la casa mayor con madera de haya, la cual cubri� de buen oro, � hizo resaltar sobre ella palmas y cadenas.
II Chronicles 3:6: Cubri� tambi�n la casa de piedras preciosas por excelencia: y el oro era oro de Parvaim.
II Chronicles 3:7: As� cubri� la casa, sus vigas, sus umbrales, sus paredes, y sus puertas, con oro; y esculpi� querubines por las paredes.
II Chronicles 3:8: Hizo asimismo la casa del lugar sant�simo, cuya longitud era de veinte codos seg�n el ancho del frente de la casa, y su anchura de veinte codos: y cubri�la de buen oro que ascend�a � seiscientos talentos.
II Chronicles 3:9: Y el peso de los clavos tuvo cincuenta siclos de oro. Cubri� tambi�n de oro las salas.  
II Chronicles 3:10:   Y dentro del lugar sant�simo hizo dos querubines de forma de ni�os, los cuales cubrieron de oro.
II Chronicles 3:11: El largo de las alas de los querubines era de veinte codos: porque la una ala era de cinco codos: la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querub�n.
II Chronicles 3:12: De la misma manera la una ala del otro querub�n era de cinco codos: la cual llegaba hasta la pared de la casa; y la otra ala era de cinco codos, que tocaba al ala del otro querub�n.
II Chronicles 3:13: As� las alas de estos querubines estaban extendidas por veinte codos: y ellos estaban en pie con los rostros hacia la casa.
II Chronicles 3:14: Hizo tambi�n el velo de c�rdeno, p�rpura, carmes� y lino, � hizo resaltar en �l querubines.
II Chronicles 3:15: Delante de la casa hizo dos columnas de treinta y cinco codos de longitud, con sus capiteles encima, de cinco codos.
II Chronicles 3:16: Hizo asimismo cadenas en el oratorio, y p�solas sobre los capiteles de las columnas: � hizo cien granadas, las cuales puso en las cadenas.
II Chronicles 3:17: Y asent� las columnas delante del templo, la una � la mano derecha, y la otra � la izquierda; y � la de la mano derecha llam� Jach�n, y � la de la izquierda, Boaz.   
II Chronicles 4:1: HIZO adem�s un altar de bronce de veinte codos de longitud, y veinte codos de anchura, y diez codos de altura.
II Chronicles 4:2: Tambi�n hizo un mar de fundici�n, el cual ten�a diez codos del un borde al otro, enteramente redondo: su altura era de cinco codos, y una l�nea de treinta codos lo ce��a alrededor.
II Chronicles 4:3: Y debajo de �l hab�a figuras de bueyes que lo circundaban, diez en cada codo todo alrededor: eran dos �rdenes de bueyes fundidos juntamente con el mar.
II Chronicles 4:4: Y estaba asentado sobre doce bueyes, tres de los cuales miraban al septentri�n, y tres al occidente, y tres al mediod�a, y tres al oriente: y el mar asentaba sobre ellos, y todas sus traseras estaban � la parte de adentro.
II Chronicles 4:5: Y ten�a de grueso un palmo, y el borde era de la hechura del borde de un c�liz, � flor de lis. Y hac�a tres mil batos.
II Chronicles 4:6: Hizo tambi�n diez fuentes, y puso cinco � la derecha y cinco � la izquierda, para lavar y limpiar en ellas la obra del holocausto; mas el mar era para lavarse los sacerdotes en �l.
II Chronicles 4:7: Hizo asimismo diez candeleros de oro seg�n su forma, los cuales puso en el templo, cinco � la derecha, y cinco � la izquierda.
II Chronicles 4:8: Adem�s hizo diez mesas y p�solas en el templo, cinco � la derecha, y cinco � la izquierda: igualmente hizo cien tazones de oro.
II Chronicles 4:9: � m�s de esto hizo el atrio de los sacerdotes, y el gran atrio, y las portadas del atrio, y cubri� las puertas de ellas de bronce.
II Chronicles 4:10: Y asent� el mar al lado derecho hacia el oriente, enfrente del mediod�a.  
II Chronicles 4:11:   Hizo tambi�n Hiram calderos, y palas, y tazones; y acab� Hiram la obra que hac�a al rey Salom�n para la casa de Dios;
II Chronicles 4:12: Dos columnas, y los cordones, los capiteles sobre las cabezas de las dos columnas, y dos redes para cubrir las dos bolas de los capiteles que estaban encima de las columnas;
II Chronicles 4:13: Cuatrocientas granadas en las dos redecillas, dos �rdenes de granadas en cada redecilla, para que cubriesen las dos bolas de los capiteles que estaban encima de las columnas.
II Chronicles 4:14: Hizo tambi�n las basas, sobre las cuales asent� las fuentes;
II Chronicles 4:15: Un mar, y doce bueyes debajo de �l:
II Chronicles 4:16: Y calderos, y palas, y garfios; y todos sus enseres hizo Hiram su padre al rey Salom�n para la casa de Jehov�, de metal pur�simo.
II Chronicles 4:17: Y fundi�los el rey en los llanos del Jord�n, en tierra arcillosa, entre Such�t y Seredat.
II Chronicles 4:18: Y Salom�n hizo todos estos vasos en grande abundancia, porque no pudo ser hallado el peso del metal.
II Chronicles 4:19: As� hizo Salom�n todos los vasos para la casa de Dios, y el altar de oro, y las mesas sobre las cuales se pon�an los panes de la proposici�n;
II Chronicles 4:20: Asimismo los candeleros y sus candilejas, de oro puro, para que las encendiesen delante del oratorio conforme � la costumbre.
II Chronicles 4:21: Y las flores, y las lamparillas, y las despabiladeras se hicieron de oro, de oro perfecto;
II Chronicles 4:22: Tambi�n los platillos, y las jofainas, y las cucharas, y los incensarios, de oro puro. Cuanto � la entrada de la casa, sus puertas interiores para el lugar sant�simo, y las puertas de la casa del templo, de oro.   
II Chronicles 5:1: Y ACABADA que fu� toda la obra que hizo Salom�n para la casa de Jehov�, meti� Salom�n en ella las cosas que David su padre hab�a dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los vasos, en los tesoros de la casa de Dios.
II Chronicles 5:2: Entonces Salom�n junt� en Jerusalem los ancianos de Israel, y todos los pr�ncipes de las tribus, los cabezas de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del pacto de Jehov� de la ciudad de David, que es Si�n.
II Chronicles 5:3: Y junt�ronse al rey todos los varones de Israel, � la solemnidad del mes s�ptimo.
II Chronicles 5:4: Y vinieron todos los ancianos de Israel, y tomaron los Levitas el arca:
II Chronicles 5:5: Y llevaron el arca, y el tabern�culo del testimonio, y todos los vasos del santuario que estaban en el tabern�culo: los sacerdotes y los Levitas los llevaron.
II Chronicles 5:6: Y el rey Salom�n, y toda la congregaci�n de Israel que se hab�a � �l reunido delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por la multitud no se pudieron contar ni numerar.
II Chronicles 5:7: Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehov� en su lugar, en el oratorio de la casa, en el lugar sant�simo, bajo las alas de los querubines:
II Chronicles 5:8: Pues los querubines extend�an las alas sobre el asiento del arca, y cubr�an los querubines por encima as� el arca como sus barras.
II Chronicles 5:9: � hicieron salir fuera las barras, de modo que se viesen las cabezas de las barras del arca delante del oratorio, mas no se ve�an desde fuera: y all� estuvieron hasta hoy.
II Chronicles 5:10: En el arca no hab�a sino las dos tablas que Mois�s hab�a puesto en Horeb, con las cuales Jehov� hab�a hecho alianza con los hijos de Israel, despu�s que salieron de Egipto.  
II Chronicles 5:11:   Y como los sacerdotes salieron del santuario, (porque todos los sacerdotes que se hallaron hab�an sido santificados, y no guardaban sus veces;
II Chronicles 5:12: Y los Levitas cantores, todos los de Asaph, los de Hem�n, y los de Jeduth�n, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con c�mbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas:)
II Chronicles 5:13: Sonaban pues las trompetas, y cantaban con la voz todos � una, para alabar y confesar � Jehov�: y cuando alzaban la voz con trompetas y c�mbalos � instrumentos de m�sica, cuando alababan � Jehov�, diciendo: Porque es bueno, porque su misericordia es para siempre: la casa se llen� entonces de una nube, la casa de Jehov�.
II Chronicles 5:14: Y no pod�an los sacerdotes estar para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehov� hab�a henchido la casa de Dios.   
(SpaRV)


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