[Biblein52weeks-es] Bible in 52 Weeks: Ezekiel 7-12 Day: 174
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Mon Jun 24 00:00:08 MDT 2013
Bible in 52 Weeks:
Ezekiel 7:1: Y FUà á mà palabra de Jehová, diciendo:
Ezekiel 7:2: Y tú, hijo del hombre, asà ha dicho el Señor Jehová á la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro cantones de la tierra.
Ezekiel 7:3: Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones.
Ezekiel 7:4: Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.
Ezekiel 7:5: Asà ha dicho el Señor Jehová: Un mal, he aquà que viene un mal.
Ezekiel 7:6: Viene el fin, el fin viene: hase despertado contra ti; he aquà que viene.
Ezekiel 7:7: La mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano está el dÃa; dÃa de alboroto, y no de alegrÃa sobre los montes.
Ezekiel 7:8: Ahora presto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones.
Ezekiel 7:9: Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti serán tus abominaciones; y sabréis que yo Jehová soy el que hiero.
Ezekiel 7:10: He aquà el dÃa, he aquà que viene: ha salido la mañana; florecido ha la vara, ha reverdecido la soberbia.
Ezekiel 7:11: La violencia se ha levantado en vara de impiedad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos; ni habrá quien de ellos se lamente.
Ezekiel 7:12: El tiempo es venido, acercóse el dÃa: el que compra, no se huelgue, y el que vende, no llore: porque la ira está sobre toda su multitud.
Ezekiel 7:13: Porque el que vende no tornará á lo vendido, aunque queden vivos: porque la visión sobre toda su multitud no será cancelada; y ninguno podrá, á causa de su iniquidad, amparar su vida.
Ezekiel 7:14: Tocarán trompeta, y aparejarán todas las cosas, y no habrá quien vaya á la batalla: porque mi ira está sobre toda su multitud.
Ezekiel 7:15: De fuera cuchillo, de dentro pestilencia y hambre: el que estuviere en el campo morirá á cuchillo; y al que estuviere en la ciudad, consumirálo hambre y pestilencia.
Ezekiel 7:16: Y los que escaparen de ellos, huirán y estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos cada uno por su iniquidad.
Ezekiel 7:17: Todas manos serán descoyuntadas, y declinarán como aguas todas rodillas.
Ezekiel 7:18: Ceñirse han también de sacos, y cubrirálos temblor; y en todo rostro habrá confusión, y en todas sus cabezas peladura.
Ezekiel 7:19: Arrojarán su plata por las calles, y su oro será desechado; su plata ni su oro, no podrá librarlos en el dÃa del furor de Jehová; no saciarán su alma, ni henchirán sus entrañas: porque ha sido tropiezo para su maldad.
Ezekiel 7:20: Por cuanto la gloria de su ornamento pusieron en soberbia, é hicieron en ella imágenes de sus abominaciones, de sus estatuas: por eso se la torné á ellos en alejamiento;
Ezekiel 7:21: Y en mano de extraños la entregué para ser saqueada, y en despojo á los impÃos de la tierra, y la contaminarán.
Ezekiel 7:22: Y apartaré de ellos mi rostro, y violarán mi lugar secreto; pues entrarán en él destruidores, y le profanarán.
Ezekiel 7:23: Haz una cadena: porque la tierra está llena de juicios de sangres, y la ciudad está llena de violencia.
Ezekiel 7:24: Traeré por tanto los más malos de las naciones, los cuales poseerán sus casas; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
Ezekiel 7:25: Destrucción viene; y buscarán la paz, y no la habrá.
Ezekiel 7:26: Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y rumor será sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, mas la ley perecerá del sacerdote, y el consejo de los ancianos.
Ezekiel 7:27: El rey se enlutará, y el prÃncipe se vestirá de asolamiento, y las manos del pueblo de la tierra serán conturbadas: según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy Jehová.
Ezekiel 8:1: Y ACONTECIà en el sexto año, en el mes sexto, á los cinco del mes, que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mÃ, y allà cayó sobre mà la mano del Señor Jehová.
Ezekiel 8:2: Y miré, y he aquà una semejanza que parecÃa de fuego: desde donde parecÃan sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos arriba parecÃa como resplandor, como la vista de ámbar.
Ezekiel 8:3: Y aquella semejanza extendió la mano, y tomóme por las guedejas de mi cabeza; y el espÃritu me alzó entre el cielo y la tierra, y llevóme en visiones de Dios á Jerusalem, á la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el aquilón, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que hacÃa celar.
Ezekiel 8:4: Y he aquà allà estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo habÃa visto en el campo.
Ezekiel 8:5: Y dÃjome: Hijo del hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del aquilón. Y alcé mis ojos hacia el lado del aquilón, y he aquà al aquilón, junto á la puerta del altar, la imagen del celo en la entrada.
Ezekiel 8:6: DÃjome entonces: Hijo del hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquÃ, para alejarme de mi santuario? Mas vuélvete aún, y verás abominaciones mayores.
Ezekiel 8:7: Y llevóme á la entrada del atrio, y miré, y he aquà en la pared un agujero.
Ezekiel 8:8: Y dÃjome: Hijo del hombre, cava ahora en la pared. Y cavé en la pared, y he aquà una puerta.
Ezekiel 8:9: DÃjome luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos hacen allÃ.
Ezekiel 8:10: Entré pues, y miré, y he aquà imágenes de todas serpientes, y animales de abominación, y todos los Ãdolos de la casa de Israel, que estaban pintados en la pared alrededor.
Ezekiel 8:11: Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la casa de Israel, y JaazanÃas hijo de Saphán estaba en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y del sahumerio subÃa espesura de niebla.
Ezekiel 8:12: Y me dijo: Hijo del hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas? porque dicen ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha dejado la tierra.
Ezekiel 8:13: DÃjome después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que hacen éstos.
Ezekiel 8:14: Y llevóme á la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al aquilón; y he aquà mujeres que estaban allà sentadas endechando á Tammuz.
Ezekiel 8:15: Luego me dijo: ¿No ves, hijo del hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que éstas.
Ezekiel 8:16: Y metióme en el atrio de adentro de la casa de Jehová: y he aquà junto á la entrada del templo de Jehová, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al templo de Jehová y sus rostros al oriente, y encorvábanse al nacimiento del sol.
Ezekiel 8:17: Y dÃjome: ¿No has visto, hijo del hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquÃ? Después que han llenado la tierra de maldad, y se tornaron á irritarme, he aquà que ponen hedor á mis narices.
Ezekiel 8:18: Pues también yo haré en mi furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia, y gritarán á mis oÃdos con gran voz, y no los oiré.
Ezekiel 9:1: Y CLAMO en mis oÃdos con gran voz, diciendo: Los visitadores de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento para destruir.
Ezekiel 9:2: Y he aquà que seis varones venÃan del camino de la puerta de arriba que está vuelta al aquilón, y cada uno traÃa en su mano su instrumento para destruir. Y entre ellos habÃa un varón vestido de lienzos, el cual traÃa á su cintura una escribanÃa de escribano; y entrados, paráronse junto al altar de bronce.
Ezekiel 9:3: Y la gloria del Dios de Israel se alzó de sobre el querubÃn sobre el cual habÃa estado, al umbral de la casa: y llamó Jehová al varón vestido de lienzos, que tenÃa á su cintura la escribanÃa de escribano.
Ezekiel 9:4: Y dÃjole Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en la frente á los hombres que gimen y que claman á causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.
Ezekiel 9:5: Y á los otros dijo á mis oÃdos: Pasad por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia.
Ezekiel 9:6: Matad viejos, mozos y vÃrgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: mas á todo aquel sobre el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi santuario. Comenzaron pues desde los varones ancianos que estaban delante del templo.
Ezekiel 9:7: Y dÃjoles: Contaminad la casa, y henchid los atrios de muertos: salid. Y salieron, é hirieron en la ciudad.
Ezekiel 9:8: Y aconteció que, habiéndolos herido, yo quedé y postréme sobre mi rostro, y clamé, y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿has de destruir todo el resto de Israel derramando tu furor sobre Jerusalem?
Ezekiel 9:9: Y dÃjome: La maldad de la casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangres, y la ciudad está llena de perversidad: porque han dicho: Dejado ha Jehová la tierra, y Jehová no ve.
Ezekiel 9:10: Asà pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia: el camino de ellos tornaré sobre su cabeza.
Ezekiel 9:11: Y he aquà que el varón vestido de lienzos, que tenÃa la escribanÃa á su cintura, respondió una palabra diciendo: Hecho he conforme á todo lo que me mandaste.
Ezekiel 10:1: Y MIRÃ, y he aquà en la expansión que habÃa sobre la cabeza de los querubines como una piedra de zafiro, que parecÃa como semejanza de un trono que se mostró sobre ellos.
Ezekiel 10:2: Y habló al varón vestido de lienzos, y dÃjole: Entra en medio de la ruedas debajo de los querubines, é hinche tus manos carbones encendidos de entre los querubines, y derrama sobre la ciudad. Y entró á vista mÃa.
Ezekiel 10:3: Y los querubines estaban á la mano derecha de la casa cuando este varón entró; y la nube henchÃa el atrio de adentro.
Ezekiel 10:4: Y la gloria de Jehová se levantó del querubÃn al umbral de la puerta; y la casa fué llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová.
Ezekiel 10:5: Y el estruendo de las alas de los querubines se oÃa hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.
Ezekiel 10:6: Y aconteció que, como mandó al varón vestido de lienzos, diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los querubines, él entró, y paróse entre las ruedas.
Ezekiel 10:7: Y un querubÃn extendió su mano de entre los querubines al fuego que estaba entre los querubines, y tomó, y puso en las palmas del que estaba vestido de lienzos, el cual lo tomó y salióse.
Ezekiel 10:8: Y apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas.
Ezekiel 10:9: Y miré, y he aquà cuatro ruedas junto á los querubines, junto á cada querubÃn una rueda; y el aspecto de las ruedas era como el de piedra de Tarsis.
Ezekiel 10:10: Cuanto al parecer de ellas, las cuatro eran de una forma, como si estuviera una en medio de otra.
Ezekiel 10:11: Cuando andaban, sobre sus cuatro costados andaban: no se tornaban cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvÃa el primero, en pos de él iban; ni se tornaban cuando andaban.
Ezekiel 10:12: Y toda su carne, y sus costillas, y sus manos, y sus alas, y las ruedas, lleno estaba de ojos alrededor en sus cuatro ruedas.
Ezekiel 10:13: à las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda!
Ezekiel 10:14: Y cada uno tenÃa cuatro rostros. El primer rostro era de querubÃn; el segundo rostro, de hombre; el tercer rostro, de león; el cuarto rostro, de águila.
Ezekiel 10:15: Y levantáronse los querubines; éste es el animal que vi en el rÃo de Chebar.
Ezekiel 10:16: Y cuando andaban los querubines, andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas también no se volvÃan de junto á ellos.
Ezekiel 10:17: Cuando se paraban ellos, parábanse ellas, y cuando ellos se alzaban, alzábanse con ellos: porque el espÃritu de los animales estaba en ellas.
Ezekiel 10:18: Y la gloria de Jehová se salió de sobre el umbral de la casa, y paró sobre los querubines.
Ezekiel 10:19: Y alzando los querubines sus alas, levantáronse de la tierra delante de mis ojos: cuando ellos salieron, también las ruedas al lado de ellos: y paráronse á la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos.
Ezekiel 10:20: Ãste era el animal que vi debajo del Dios de Israel en el rÃo de Chebar; y conocà que eran querubines.
Ezekiel 10:21: Cada uno tenÃa cuatro rostros, y cada uno cuatro alas, y figuras de manos humanas debajo de sus alas.
Ezekiel 10:22: Y la figura de sus rostros era la de los rostros que vi junto al rÃo de Chebar, su mismo parecer y su ser; cada uno caminaba en derecho de su rostro.
Ezekiel 11:1: Y EL espÃritu me elevó, y metióme por la puerta oriental de la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente: y he aquà á la entrada de la puerta veinticinco varones, entre los cuales vi á JaazanÃas hijo de Azur, y á PelatÃas hijo de BenaÃas, prÃncipes del pueblo.
Ezekiel 11:2: Y dÃjome: Hijo del hombre, éstos son los hombres que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;
Ezekiel 11:3: Los cuales dicen: No será tan presto: edifiquemos casas: ésta será la caldera, y nosotros la carne.
Ezekiel 11:4: Por tanto profetiza contra ellos, profetiza, hijo del hombre.
Ezekiel 11:5: Y cayó sobre mà el espÃritu de Jehová, y dÃjome: Di: Asà ha dicho Jehová: Asà habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben á vuestro espÃritu, yo las he entendido.
Ezekiel 11:6: Habéis multiplicado vuestros muertos en esta ciudad, y habéis henchido de muertos sus calles.
Ezekiel 11:7: Por tanto, asà ha dicho el Señor Jehová: Vuestros muertos que habéis puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la caldera; mas yo os sacaré á vosotros de en medio de ella.
Ezekiel 11:8: Cuchillo habéis temido, y cuchillo traeré sobre vosotros, dice el Señor Jehová.
Ezekiel 11:9: Y os sacaré de en medio de ella, y os entregaré en manos de extraños, y yo haré juicios en vosotros.
Ezekiel 11:10: à cuchillo caeréis; en el término de Israel os juzgaré, y sabréis que yo soy Jehová.
Ezekiel 11:11: Esta no os será por caldera, ni vosotros seréis en medio de ella la carne: en el término de Israel os tengo de juzgar.
Ezekiel 11:12: Y sabréis que yo soy Jehová: porque no habéis andado en mis ordenanzas, ni habéis hecho mis juicios, sino según los juicios de las gentes que están en vuestros alrededores habéis hecho.
Ezekiel 11:13: Y aconteció que, estando yo profetizando, PelatÃas hijo de BenaÃas murió. Entonces caà sobre mi rostro, y clamé con grande voz, y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿harás tú consumación del resto de Israel?
Ezekiel 11:14: Y fué á mà palabra de Jehová, diciendo:
Ezekiel 11:15: Hijo del hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu parentesco y toda la casa de Israel, toda ella son aquellos á quienes dijeron los moradores de Jerusalem: Alejaos de Jehová; á nosotros es dada la tierra en posesión.
Ezekiel 11:16: Por tanto di: Asà ha dicho el Señor Jehová: Aunque los he echado lejos entre las gentes, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras á donde llegaren.
Ezekiel 11:17: Di por tanto: Asà ha dicho el Señor Jehová: Yo os recogeré de los pueblos, y os allegaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel.
Ezekiel 11:18: Y vendrán allá, y quitarán de ella todas su torpezas, y todas sus abominaciones.
Ezekiel 11:19: Y darles he un corazón, y espÃritu nuevo daré en sus entrañas; y quitaré el corazón de piedra de su carne, y daréles corazón de carne;
Ezekiel 11:20: Para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis juicios y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea á ellos por Dios.
Ezekiel 11:21: Mas á aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus torpezas y de sus abominaciones, yo tornaré su camino sobre sus cabezas, dice el Señor Jehová.
Ezekiel 11:22: Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos encima.
Ezekiel 11:23: Y la gloria de Jehová se fué de en medio de la ciudad, y paró sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
Ezekiel 11:24: Luego me levantó el espÃritu, y volvióme á llevar en visión del espÃritu de Dios á la tierra de los Caldeos, á los trasportados. Y partióse de mà la visión que habÃa visto.
Ezekiel 11:25: Y hablé á los trasportados todas las palabras de Jehová que él me habÃa mostrado.
Ezekiel 12:1: Y FUà á mà palabra de Jehová, diciendo:
Ezekiel 12:2: Hijo del hombre, tú habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para ver, y no ven, tienen oÃdos para oÃr, y no oyen; porque son casa rebelde.
Ezekiel 12:3: Por tanto tú, hijo del hombre, hazte aparejos de marcha, y pártete de dÃa delante de sus ojos; y te pasarás de tu lugar á otro lugar á vista de ellos, por si tal vez atienden, porque son casa rebelde.
Ezekiel 12:4: Y sacarás tus aparejos, como aparejos de partida, de dÃa delante de sus ojos: mas tú saldrás por la tarde á vista de ellos, como quien sale para partirse.
Ezekiel 12:5: Delante de sus ojos horadarás la pared, y saldrás por ella.
Ezekiel 12:6: Delante de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de noche los sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra: porque en señal te he dado á la casa de Israel.
Ezekiel 12:7: Y yo hice asà como me fué mandado: saqué mis aparejos de dÃa, como aparejos de partida, y á la tarde horadé la pared á mano; salà de noche, y llevélos sobre los hombros á vista de ellos.
Ezekiel 12:8: Y fué á mi palabra de Jehová por la mañana, diciendo:
Ezekiel 12:9: Hijo del hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, aquella casa rebelde: ¿Qué haces?
Ezekiel 12:10: Diles: Asà ha dicho el Señor Jehová: Al prÃncipe en Jerusalem es esta carga, y á toda la casa de Israel que está en medio de ellos.
Ezekiel 12:11: Diles: Yo soy vuestra señal: como yo hice, asà les harán á ellos: al pasar á otro paÃs irán en cautiverio.
Ezekiel 12:12: Y al prÃncipe que está en medio de ellos llevarán á cuestas de noche, y saldrán; horadarán la pared para sacarlo por ella; cubrirá su rostro para no ver con sus ojos la tierra.
Ezekiel 12:13: Mas yo extenderé mi red sobre él, y será preso en mi malla, y harélo llevar á Babilonia, á tierra de Caldeos; mas no la verá, y allá morirá.
Ezekiel 12:14: Y á todos los que estuvieren alrededor de él para su ayuda, y á todas sus compañÃas esparciré á todo viento, y desenvainaré espada en pos de ellos.
Ezekiel 12:15: Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciere entre las gentes, y los derramare por la tierra.
Ezekiel 12:16: Y haré que de ellos queden pocos en número, del cuchillo, y del hambre, y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las gentes adonde llegaren; y sabrán que yo soy Jehová.
Ezekiel 12:17: Y fué á mà palabra de Jehová, diciendo:
Ezekiel 12:18: Hijo del hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con anhelo;
Ezekiel 12:19: Y dirás al pueblo de la tierra: Asà ha dicho el Señor Jehová sobre los moradores de Jerusalem, y sobre la tierra de Israel: Su pan comerán con temor, y con espanto beberán su agua; porque su tierra será asolada de su multitud, por la maldad de todos los que en ella moran.
Ezekiel 12:20: Y las ciudades habitadas serán asoladas, y la tierra será desierta; y sabréis que yo soy Jehová.
Ezekiel 12:21: Y fué á mà palabra de Jehová, diciendo:
Ezekiel 12:22: Hijo del hombre, ¿qué refrán es este que tenéis vosotros en la tierra de Israel, diciendo: Prolongarse han los dÃas, y perecerá toda visión?
Ezekiel 12:23: Diles por tanto: Asà ha dicho el Señor Jehová: Haré cesar este refrán, y no repetirán más este dicho en Israel. Diles pues: Se han acercado aquellos dÃas, y la palabra de toda visión.
Ezekiel 12:24: Porque no habrá más alguna visión vana, ni habrá adivinación de lisonjeros en medio de la casa de Israel.
Ezekiel 12:25: Porque yo Jehová hablaré; cumpliráse la palabra que yo hablaré; no se dilatará más: antes en vuestros dÃas, oh casa rebelde, hablaré palabra, y cumpliréla, dice el Señor Jehová.
Ezekiel 12:26: Y fué á mà palabra de Jehová, diciendo:
Ezekiel 12:27: Hijo del hombre, he aquà que los de la casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para muchos dÃas, y para lejanos tiempos profetiza éste.
Ezekiel 12:28: Diles por tanto: Asà ha dicho el Señor Jehová: No se dilatarán más todas mis palabras: cumpliráse la palabra que yo hablaré, dice el Señor Jehová.
(SpaRV)
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