[Biblein52weeks-es] Bible in 52 Weeks: Luke 7-8 Day: 154
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Tue Jun 4 00:00:07 MDT 2013
Bible in 52 Weeks:
Luke 7:1: Y COMO acabó todas sus palabras oyéndole el pueblo, entró en Capernaum.
Luke 7:2: Y el siervo de un centurión, al cual tenÃa él en estima, estaba enfermo y á punto de morir.
Luke 7:3: Y como oyó hablar de Jesús, envió á él los ancianos de los JudÃos, rogándole que viniese y librase á su siervo.
Luke 7:4: Y viniendo ellos á Jesús, rogáronle con diligencia, diciéndole: Porque es digno de concederle esto;
Luke 7:5: Que ama nuestra nación, y él nos edificó una sinagoga.
Luke 7:6: Y Jesús fué con ellos. Mas como ya no estuviesen lejos de su casa, envió el centurión amigos á él, diciéndole: Señor, no te incomodes, que no soy digno que entres debajo de mi tejado;
Luke 7:7: Por lo cual ni aun me tuve por digno de venir á ti; mas di la palabra, y mi siervo será sano.
Luke 7:8: Porque también yo soy hombre puesto en potestad, que tengo debajo de mà soldados; y digo á éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.
Luke 7:9: Lo cual oyendo Jesús, se maravilló de él, y vuelto, dijo á las gentes que le seguÃan: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Luke 7:10: Y vueltos á casa los que habÃan sido enviados, hallaron sano al siervo que habÃa estado enfermo.
Luke 7:11: Y aconteció después, que él iba á la ciudad que se llama NaÃn, é iban con él muchos de sus discÃpulos, y gran compañÃa.
Luke 7:12: Y como llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquà que sacaban fuera á un difunto, unigénito de su madre, la cual también era viuda: y habÃa con ella grande compañÃa de la ciudad.
Luke 7:13: Y como el Señor la vió, compadecióse de ella, y le dice: No llores.
Luke 7:14: Y acercándose, tocó el féretro: y los que lo llevaban, pararon. Y dice: Mancebo, á ti digo, levántate.
Luke 7:15: Entonces se incorporó el que habÃa muerto, y comenzó á hablar. Y dióle á su madre.
Luke 7:16: Y todos tuvieron miedo, y glorificaban á Dios, diciendo: Que un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y que Dios ha visitado á su pueblo.
Luke 7:17: Y salió esta fama de él por toda Judea, y por toda la tierra de alrededor.
Luke 7:18: Y sus discÃpulos dieron á Juan las nuevas de todas estas cosas: y llamó Juan á dos de sus discÃpulos,
Luke 7:19: Y envió á Jesús, diciendo: ¿Eres tú aquél que habÃa de venir, ó esperaremos á otro?
Luke 7:20: Y como los hombres vinieron á él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado á ti, diciendo: ¿Eres tú aquél que habÃa de venir, ó esperaremos á otro?
Luke 7:21: Y en la misma hora sanó á muchos de enfermedades y plagas, y de espÃritus malos; y á muchos ciegos dió la vista.
Luke 7:22: Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, dad las nuevas á Juan de lo que habéis visto y oÃdo: que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, á los pobres es anunciado el evangelio:
Luke 7:23: Y bienaventurado es el que no fuere escandalizado en mÃ.
Luke 7:24: Y como se fueron los mensajeros de Juan, comenzó á hablar de Juan á las gentes: ¿Qué salisteis á ver al desierto? ¿una caña que es agitada por el viento?
Luke 7:25: Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un hombre cubierto de vestidos delicados? He aquÃ, los que están en vestido precioso, y viven en delicias, en los palacios de los reyes están.
Luke 7:26: Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un profeta? También os digo, y aun más que profeta.
Luke 7:27: Ãste es de quien está escrito: He aquÃ, envÃo mi mensajero delante de tu faz, El cual aparejará tu camino delante de ti.
Luke 7:28: Porque os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista: mas el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.
Luke 7:29: Y todo el pueblo oyéndole, y los publicanos, justificaron á Dios, bautizándose con el bautismo de Juan.
Luke 7:30: Mas los Fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra sà mismos, no siendo bautizados de él.
Luke 7:31: Y dice el Señor: ¿à quién, pues, compararé los hombres de esta generación, y á qué son semejantes?
Luke 7:32: Semejantes son á los muchachos sentados en la plaza, y que dan voces los unos á los otros, y dicen: Os tañimos con flautas, y no bailasteis: os endechamos, y no llorasteis.
Luke 7:33: Porque vino Juan el Bautista, que ni comÃa pan, ni bebÃa vino, y decÃs: Demonio tiene.
Luke 7:34: Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decÃs: He aquà un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Luke 7:35: Mas la sabidurÃa es justificada de todos sus hijos.
Luke 7:36: Y le rogó uno de los Fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del Fariseo, sentóse á la mesa.
Luke 7:37: Y he aquà una mujer que habÃa sido pecadora en la ciudad, como entendió que estaba á la mesa en casa de aquel Fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
Luke 7:38: Y estando detrás á sus pies, comenzó llorando á regar con lágrimas sus pies, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungÃa con el ungüento.
Luke 7:39: Y como vió esto el Fariseo que le habÃa convidado, habló entre sÃ, diciendo: Ãste, si fuera profeta, conocerÃa quién y cuál es la mujer que le toca, que es pecadora.
Luke 7:40: Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él dice: Di, Maestro.
Luke 7:41: Un acreedor tenÃa dos deudores: el uno le debÃa quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Luke 7:42: Y no teniendo ellos de qué pagar, perdonó á ambos. Di, pues, ¿cuál de éstos le amará más?
Luke 7:43: Y respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquél al cual perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.
Luke 7:44: Y vuelto á la mujer, dijo á Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con los cabellos.
Luke 7:45: No me diste beso, mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
Luke 7:46: No ungiste mi cabeza con óleo; mas ésta ha ungido con ungüento mis pies.
Luke 7:47: Por lo cual te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; mas al que se perdona poco, poco ama.
Luke 7:48: Y á ella dijo: Los pecados te son perdonados.
Luke 7:49: Y los que estaban juntamente sentados á la mesa, comenzaron á decir entre sÃ: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
Luke 7:50: Y dijo á la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.
Luke 8:1: Y ACONTECIà después, que él caminaba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él,
Luke 8:2: Y algunas mujeres que habÃan sido curadas de malos espÃritus y de enfermedades: MarÃa, que se llamaba Magdalena, de la cual habÃan salido siete demonios,
Luke 8:3: Y Juana, mujer de Chuza, procurador de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servÃan de sus haciendas.
Luke 8:4: Y como se juntó una grande compañÃa, y los que estaban en cada ciudad vinieron á él, dijo por una parábola:
Luke 8:5: Uno que sembraba, salió á sembrar su simiente; y sembrando, una parte cayó junto al camino, y fué hollada; y las aves del cielo la comieron.
Luke 8:6: Y otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenÃa humedad.
Luke 8:7: Y otra parte cayó entre las espinas; y naciendo las espinas juntamente, la ahogaron.
Luke 8:8: Y otra parte cayó en buena tierra, y cuando fué nacida, llevó fruto á ciento por uno. Diciendo estas cosas clamaba: El que tiene oÃdos para oÃr, oiga.
Luke 8:9: Y sus discÃpulos le preguntaron, diciendo, qué era está parábola.
Luke 8:10: Y él dijo: à vosotros es dado conocer los misterios del reino de Dios; mas á los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
Luke 8:11: Es pues ésta la parábola: La simiente es la palabra de Dios.
Luke 8:12: Y los de junto al camino, éstos son los que oyen; y luego viene el diablo, y quita la palabra de su corazón, porque no crean y se salven.
Luke 8:13: Y los de sobre la piedra, son los que habiendo oÃdo, reciben la palabra con gozo; mas éstos no tienen raÃces; que á tiempo creen, y en el tiempo de la tentación se apartan.
Luke 8:14: Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de los cuidados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y no llevan fruto.
Luke 8:15: Mas la que en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oÃda, y llevan fruto en paciencia.
Luke 8:16: Ninguno que enciende la antorcha la cubre con vasija, ó la pone debajo de la cama; mas la pone en un candelero, para que los que entran vean la luz.
Luke 8:17: Porque no hay cosa oculta, que no haya de ser manifestada; ni cosa escondida, que no haya de ser entendida, y de venir á luz.
Luke 8:18: Mirad pues cómo oÃs; porque á cualquiera que tuviere, le será dado; y á cualquiera que no tuviere, aun lo que parece tener le será quitado.
Luke 8:19: Y vinieron á él su madre y hermanos; y no podÃan llegar á el por causa de la multitud.
Luke 8:20: Y le fué dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, que quieren verte.
Luke 8:21: Ãl entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la ejecutan.
Luke 8:22: Y aconteció un dÃa que él entró en un barco con sus discÃpulos, y les dijo: Pasemos á la otra parte del lago. Y partieron.
Luke 8:23: Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y henchÃan de agua, y peligraban.
Luke 8:24: Y llegándose á él, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él increpó al viento y á la tempestad del agua; y cesaron, y fué hecha bonanza.
Luke 8:25: Y les dijo: ¿Qué es de vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciendo los unos á los otros: ¿Quién es éste, que aun á los vientos y al agua manda, y le obedecen?
Luke 8:26: Y navegaron á la tierra de los Gadarenos, que está delante de Galilea.
Luke 8:27: Y saliendo él á tierra, le vino al encuentro de la ciudad un hombre que tenÃa demonios ya de mucho tiempo; y no vestÃa vestido, ni estaba en casa, sino por los sepulcros.
Luke 8:28: El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios AltÃsimo? Ruégote que no me atormentes.
Luke 8:29: (Porque mandaba al espÃritu inmundo que saliese del hombre: porque ya de mucho tiempo le arrebataba; y le guardaban preso con cadenas y grillos; mas rompiendo las prisiones, era agitado del demonio por los desiertos.)
Luke 8:30: Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué nombre tienes? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habÃan entrado en él.
Luke 8:31: Y le rogaban que no les mandase ir al abismo.
Luke 8:32: Y habÃa allà un hato de muchos puercos que pacÃan en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y los dejó.
Luke 8:33: Y salidos los demonios del hombre, entraron en los puercos; y el hato se arrojó de un despeñadero en el lago, y ahogóse.
Luke 8:34: Y los pastores, como vieron lo que habÃa acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por las heredades.
Luke 8:35: Y salieron á ver lo que habÃa acontecido; y vinieron á Jesús, y hallaron sentado al hombre de quien habÃan salido los demonios, vestido, y en su juicio, á los pies de Jesús; y tuvieron miedo.
Luke 8:36: Y les contaron los que lo habÃan visto, cómo habÃa sido salvado aquel endemoniado.
Luke 8:37: Entonces toda la multitud de la tierra de los Gadarenos alrededor, le rogaron que se fuese de ellos; porque tenÃan gran temor. Y él, subiendo en el barco, volvióse.
Luke 8:38: Y aquel hombre, de quien habÃan salido los demonios, le rogó para estar con él; mas Jesús le despidió, diciendo:
Luke 8:39: Vuélvete á tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fué, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas habÃa hecho Jesús con él.
Luke 8:40: Y aconteció que volviendo Jesús, recibióle la gente; porque todos le esperaban.
Luke 8:41: Y he aquà un varón, llamado Jairo, y que era prÃncipe de la sinagoga, vino, y cayendo á los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;
Luke 8:42: Porque tenÃa una hija única, como de doce años, y ella se estaba muriendo. Y yendo, le apretaba la compañÃa.
Luke 8:43: Y una mujer, que tenÃa flujo de sangre hacÃa ya doce años, la cual habÃa gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno habÃa podido ser curada,
Luke 8:44: Llegándose por las espaldas, tocó el borde de su vestido; y luego se estancó el flujo de su sangre.
Luke 8:45: Entonces Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro, la compañÃa te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién es el que me ha tocado?
Luke 8:46: Y Jesús dijo: Me ha tocado alguien; porque yo he conocido que ha salido virtud de mÃ.
Luke 8:47: Entonces, como la mujer vió que no se habÃa ocultado, vino temblando, y postrándose delante de él declaróle delante de todo el pueblo la causa por qué le habÃa tocado, y cómo luego habÃa sido sana.
Luke 8:48: Y él dijo: Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz.
Luke 8:49: Estando aún él hablando, vino uno del prÃncipe de la sinagoga á decirle: Tu hija es muerta, no des trabajo al Maestro.
Luke 8:50: Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas: cree solamente, y será salva.
Luke 8:51: Y entrado en casa, no dejó entrar á nadie consigo, sino á Pedro, y á Jacobo, y á Juan, y al padre y á la madre de la moza.
Luke 8:52: Y lloraban todos, y la plañÃan. Y él dijo: No lloréis; no es muerta, sino que duerme.
Luke 8:53: Y hacÃan burla de él, sabiendo que estaba muerta.
Luke 8:54: Mas él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: Muchacha, levántate.
Luke 8:55: Entonces su espÃritu volvió, y se levantó luego: y él mando que le diesen de comer.
Luke 8:56: Y sus padres estaban atónitos; á los cuales él mandó, que á nadie dijesen lo que habÃa sido hecho.
(SpaRV)
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