[Biblein52weeks-es] Bible in 52 Weeks: Dan 1-6 Day: 223
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Mon Aug 12 00:00:02 MDT 2013
Bible in 52 Weeks:
Daniel 1:1: EN el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia á Jerusalem, y cercóla.
Daniel 1:2: Y el Señor entregó en sus manos á Joacim rey de Judá, y parte de los vasos de la casa de Dios, y trájolos á tierra de Shinar, á la casa de su dios: y metió los vasos en la casa del tesoro de su dios.
Daniel 1:3: Y dijo el rey á Aspenaz, prÃncipe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los prÃncipes,
Daniel 1:4: Muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, y de buen parecer, y enseñados en toda sabidurÃa, y sabios en ciencia, y de buen entendimiento, é idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los Caldeos.
Daniel 1:5: Y señalóles el rey ración para cada dÃa de la ración de la comida del rey, y del vino de su beber: que los criase tres años, para que al fin de ellos estuviesen delante del rey.
Daniel 1:6: Y fueron entre ellos, de los hijos de Judá, Daniel, AnanÃas, Misael y AzarÃas:
Daniel 1:7: à los cuales el prÃncipe de los eunucos puso nombres: y puso á Daniel, Beltsasar; y á AnanÃas, Sadrach; y á Misael, Mesach; y á AzarÃas, Abed-nego.
Daniel 1:8: Y Daniel propuso en su corazón de no contaminarse en la ración de la comida del rey, ni en el vino de su beber: pidió por tanto al prÃncipe de los eunucos de no contaminarse.
Daniel 1:9: (Y puso Dios á Daniel en gracia y en buena voluntad con el prÃncipe de los eunucos.)
Daniel 1:10: Y dijo el prÃncipe de los eunucos á Daniel: Tengo temor de mi señor el rey, que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que él habrá visto vuestros rostros más tristes que los de los muchachos que son semejantes á vosotros, condenaréis para con el rey mi cabeza.
Daniel 1:11: Entonces dijo Daniel á Melsar, que estaba puesto por el prÃncipe de los eunucos sobre Daniel, AnanÃas, Misael, y AzarÃas:
Daniel 1:12: Prueba, te ruego, tus siervos diez dÃas, y dennos legumbres á comer, y agua á beber.
Daniel 1:13: Parezcan luego delante de ti nuestros rostros, y los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey; y según que vieres, harás con tus siervos.
Daniel 1:14: Consintió pues con ellos en esto, y probó con ellos diez dÃas.
Daniel 1:15: Y al cabo de los diez dÃas pareció el rostro de ellos mejor y más nutrido de carne, que los otros muchachos que comÃan de la ración de comida del rey.
Daniel 1:16: Asà fué que Melsar tomaba la ración de la comida de ellos, y el vino de su beber, y dábales legumbres.
Daniel 1:17: Y á estos cuatro muchachos dióles Dios conocimiento é inteligencia en todas letras y ciencia: mas Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños.
Daniel 1:18: Pasados pues los dÃas al fin de los cuales habÃa dicho el rey que los trajesen, el prÃncipe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor.
Daniel 1:19: Y el rey habló con ellos, y no fué hallado entre todos ellos otro como Daniel, AnanÃas, Misael, y AzarÃas: y asà estuvieron delante del rey.
Daniel 1:20: Y en todo negocio de sabidurÃa é inteligencia que el rey les demandó, hallólos diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que habÃa en todo su reino.
Daniel 1:21: Y fué Daniel hasta el año primero del rey Ciro.
Daniel 2:1: Y EN el segundo año del reinado de Nabucodonosor, soñó Nabucodonosor sueños, y perturbóse su espÃritu, y su sueño se huyó de él.
Daniel 2:2: Y mandó el rey llamar magos, astrólogos, y encantadores, y Caldeos, para que mostrasen al rey sus sueños. Vinieron pues, y se presentaron delante del rey.
Daniel 2:3: Y el rey les dijo: He soñado un sueño, y mi espÃritu se ha perturbado por saber del sueño.
Daniel 2:4: Entonces hablaron los Caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive: di el sueño á tus siervos, y mostraremos la declaración.
Daniel 2:5: Respondió el rey y dijo á los Caldeos: El negocio se me fué: si no me mostráis el sueño y su declaración, seréis hechos cuartos, y vuestras casas serán puestas por muladares.
Daniel 2:6: Y si mostrareis el sueño y su declaración, recibiréis de mà dones y mercedes y grande honra: por tanto, mostradme el sueño y su declaración.
Daniel 2:7: Respondieron la segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño á sus siervos, y mostraremos su declaración.
Daniel 2:8: El rey respondió, y dijo: Yo conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el negocio se me ha ido.
Daniel 2:9: Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia será de vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa que decir delante de mÃ, entre tanto que se muda el tiempo: por tanto, decidme el sueño, para que yo entienda que me podéis mostrar su declaración.
Daniel 2:10: Los Caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el negocio del rey: demás de esto, ningún rey, prÃncipe, ni señor, preguntó cosa semejante á ningún mago, ni astrólogo, ni Caldeo.
Daniel 2:11: Finalmente, el negocio que el rey demanda, es singular, ni hay quien lo pueda declarar delante del rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne.
Daniel 2:12: Por esto el rey con ira y con grande enojo, mandó que matasen á todos los sabios de Babilonia.
Daniel 2:13: Y publicóse el mandamiento, y los sabios eran llevados á la muerte; y buscaron á Daniel y á sus compañeros para matarlos.
Daniel 2:14: Entonces Daniel habló avisada y prudentemente á Arioch, capitán de los de la guarda del rey, que habÃa salido para matar los sabios de Babilonia.
Daniel 2:15: Habló y dijo á Arioch capitán del rey: ¿Qué es la causa que este mandamiento se publica de parte del rey tan apresuradamente? Entonces Arioch declaró el negocio á Daniel.
Daniel 2:16: Y Daniel entró, y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostrarÃa al rey la declaración.
Daniel 2:17: Fuése luego Daniel á su casa, y declaró el negocio á AnanÃas, Misael, y AzarÃas, sus compañeros,
Daniel 2:18: Para demandar misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, y que Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.
Daniel 2:19: Entonces el arcano fué revelado á Daniel en visión de noche; por lo cual bendijo Daniel al Dios del cielo.
Daniel 2:20: Y Daniel habló, y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo: porque suya es la sabidurÃa y la fortaleza:
Daniel 2:21: Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades: quita reyes, y pone reyes: da la sabidurÃa á los sabios, y la ciencia á los entendidos:
Daniel 2:22: Ãl revela lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él.
Daniel 2:23: à ti, oh Dios de mis padres, confieso y te alabo, que me diste sabidurÃa y fortaleza, y ahora me enseñaste lo que te pedimos; pues nos has enseñado el negocio del rey.
Daniel 2:24: Después de esto Daniel entró á Arioch, al cual el rey habÃa puesto para matar á los sabios de Babilonia; fué, y dÃjole asÃ: No mates á los sabios de Babilonia: llévame delante del rey, que yo mostraré al rey la declaración.
Daniel 2:25: Entonces Arioch llevó prestamente á Daniel delante del rey, y dÃjole asÃ: Un varón de los trasportados de Judá he hallado, el cual declarará al rey la interpretación.
Daniel 2:26: Respondió el rey, y dijo á Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme entender el sueño que vi, y su declaración?
Daniel 2:27: Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos, ni adivinos lo pueden enseñar al rey.
Daniel 2:28: Mas hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer á cabo de dÃas. Tu sueño, y las visiones de tu cabeza sobre tu cama, es esto:
Daniel 2:29: Tú, oh rey, en tu cama subieron tus pensamientos por saber lo que habÃa de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.
Daniel 2:30: Y á mà ha sido revelado este misterio, no por sabidurÃa que en mà haya, más que en todos los vivientes, sino para que yo notifique al rey la declaración, y que entendieses los pensamientos de tu corazón.
Daniel 2:31: Tú, oh rey, veÃas, y he aquà una grande imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
Daniel 2:32: La cabeza de esta imagen era de fino oro; sus pechos y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de metal;
Daniel 2:33: Sus piernas de hierro; sus pies, en parte de hierro, y en parte de barro cocido.
Daniel 2:34: Estabas mirando, hasta que una piedra fué cortada, no con mano, la cual hirió á la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.
Daniel 2:35: Entonces fué también desmenuzado el hierro, el barro cocido, el metal, la plata y el oro, y se tornaron como tamo de las eras del verano: y levantólos el viento, y nunca más se les halló lugar. Mas la piedra que hirió á la imagen, fué hecha un gran monte, que hinchió toda la tierra.
Daniel 2:36: Ãste es el sueño: la declaración de él diremos también en presencia del rey.
Daniel 2:37: Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, potencia, y fortaleza, y majestad.
Daniel 2:38: Y todo lo que habitan hijos de hombres, bestias del campo, y aves del cielo, él ha entregado en tu mano, y te ha hecho enseñorear sobre todo: tú eres aquella cabeza de oro.
Daniel 2:39: Y después de ti se levantará otro reino menor que tú; y otro tercer reino de metal, el cual se enseñoreará de toda la tierra.
Daniel 2:40: Y el reino cuarto será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y doma todas las cosas, y como el hierro que quebranta todas estas cosas, desmenuzará y quebrantará.
Daniel 2:41: Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero, y en parte de hierro, el reino será dividido; mas habrá en él algo de fortaleza de hierro, según que viste el hierro mezclado con el tiesto de barro.
Daniel 2:42: Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro, y en parte de barro cocido, en parte será el reino fuerte, y en parte será frágil.
Daniel 2:43: Cuanto á aquello que viste, el hierro mezclado con tiesto de barro, mezclaránse con simiente humana, mas no se pegarán el uno con el otro, como el hierro no se mistura con el tiesto.
Daniel 2:44: Y en los dÃas de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá: y no será dejado á otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.
Daniel 2:45: De la manera que viste que del monte fué cortada una piedra, no con manos, la cual desmenuzó al hierro, al metal, al tiesto, á la plata, y al oro; el gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir: y el sueño es verdadero, y fiel su declaración.
Daniel 2:46: Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, y humillóse á Daniel, y mandó que le sacrificasen presentes y perfumes.
Daniel 2:47: El rey habló á Daniel, y dijo: Ciertamente que el Dios vuestro es Dios de dioses, y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios, pues pudiste revelar este arcano.
Daniel 2:48: Entonces el rey engrandeció á Daniel, y le dió muchos y grandes dones, y púsolo por gobernador de toda la provincia de Babilonia, y por prÃncipe de los gobernadores sobre todos los sabios de Babilonia.
Daniel 2:49: Y Daniel solicitó del rey, y él puso sobre los negocios de la provincia de Babilonia á Sadrach, Mesach, y Abed-nego: y Daniel estaba á la puerta del rey.
Daniel 3:1: EL rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, la altura de la cual era de sesenta codos, su anchura de seis codos: levantóla en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia.
Daniel 3:2: Y envió el rey Nabucodonosor á juntar los grandes, los asistentes y capitanes, oidores, receptores, los del consejo, presidentes, y á todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen á la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor habÃa levantado.
Daniel 3:3: Fueron pues reunidos los grandes, los asistentes y capitanes, los oidores, receptores, los del consejo, los presidentes, y todos los gobernadores de las provincias, á la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor habÃa levantado: y estaban en pie delante de la estatua que habÃa levantado el rey Nabucodonosor.
Daniel 3:4: Y el pregonero pregonaba en alta voz: Mándase á vosotros, oh pueblos, naciones, y lenguas,
Daniel 3:5: En oyendo el son de la bocina, del pÃfano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postraréis y adoraréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado:
Daniel 3:6: Y cualquiera que no se postrare y adorare, en la misma hora será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
Daniel 3:7: Por lo cual, en oyendo todos los pueblos el son de la bocina, del pÃfano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, todos los pueblos, naciones, y lenguas, se postraron, y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor habÃa levantado.
Daniel 3:8: Por esto en el mismo tiempo algunos varones Caldeos se llegaron, y denunciaron de los JudÃos.
Daniel 3:9: Hablando y diciendo al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive.
Daniel 3:10: Tú, oh rey, pusiste ley que todo hombre en oyendo el son de la bocina, del pÃfano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, se postrase y adorase la estatua de oro:
Daniel 3:11: Y el que no se postrase y adorase, fuese echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
Daniel 3:12: Hay unos varones JudÃos, los cuales pusiste tú sobre los negocios de la provincia de Babilonia; Sadrach, Mesach, y Abed-nego: estos varones, oh rey, no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la estatua de oro que tú levantaste.
Daniel 3:13: Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego. Al punto fueron traÃdos estos varones delante del rey.
Daniel 3:14: Habló Nabucodonosor, y dÃjoles: ¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que vosotros no honráis á mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?
Daniel 3:15: Ahora pues, ¿estáis prestos para que en oyendo el son de la bocina, del pÃfano, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento músico, os postréis, y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo: ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
Daniel 3:16: Sadrach, Mesach, y Abed-nego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: no cuidamos de responderte sobre este negocio.
Daniel 3:17: He aquà nuestro Dios á quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Daniel 3:18: Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado.
Daniel 3:19: Entonces Nabucodonosor fué lleno de ira, y demudóse la figura de su rostro sobre Sadrach, Mesach, y Abed-nego: asà habló, y ordenó que el horno se encendiese siete veces tanto de lo que cada vez solÃa.
Daniel 3:20: Y mandó á hombres muy vigorosos que tenÃa en su ejército, que atasen á Sadrach, Mesach, y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo.
Daniel 3:21: Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, y sus calzas, y sus turbantes, y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.
Daniel 3:22: Y porque la palabra del rey daba priesa, y habÃa procurado que se encendiese mucho, la llama del fuego mató á aquellos que habÃan alzado á Sadrach, Mesach, y Abed-nego.
Daniel 3:23: Y estos tres varones, Sadrach, Mesach, y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
Daniel 3:24: Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantóse apriesa, y habló, y dijo á los de su consejo: ¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es verdad, oh rey.
Daniel 3:25: Respondió él y dijo: He aquà que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante á hijo de los dioses.
Daniel 3:26: Entonces Nabucodonosor se acercó á la puerta del horno de fuego ardiendo, y habló y dijo: Sadrach, Mesach, y Abed-nego, siervos del alto Dios, salid y venid. Entonces Sadrach, Mesach, y Abed-nego, salieron de en medio del fuego.
Daniel 3:27: Y juntáronse los grandes, los gobernadores, los capitanes, y los del consejo del rey, para mirar estos varones, como el fuego no se enseñoreó de sus cuerpos, ni cabello de sus cabezas fué quemado, ni sus ropas se mudaron, ni olor de fuego habÃa pasado por ellos.
Daniel 3:28: Nabucodonosor habló y dijo: Bendito el Dios de ellos, de Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que envió su ángel, y libró sus siervos que esperaron en él, y el mandamiento del rey mudaron, y entregaron sus cuerpos antes que sirviesen ni adorasen otro dios que su Dios.
Daniel 3:29: Por mà pues se pone decreto, que todo pueblo, nación, ó lengua, que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrach, Mesach, y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa sea puesta por muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste.
Daniel 3:30: Entonces el rey engrandeció á Sadrach, Mesach, y Abed-nego en la provincia de Babilonia.
Daniel 4:1: NABUCODONOSOR rey, á todos los pueblos, naciones, y lenguas, que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada:
Daniel 4:2: Las señales y milagros que el alto Dios ha hecho conmigo, conviene que yo las publique.
Daniel 4:3: ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorÃo hasta generación y generación.
Daniel 4:4: Yo Nabucodonosor estaba quieto en mi casa, y floreciente en mi palacio.
Daniel 4:5: Vi un sueño que me espantó, y las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron en mi cama.
Daniel 4:6: Por lo cual yo puse mandamiento para hacer venir delante de mà todos los sabios de Babilonia, que me mostrasen la declaración del sueño.
Daniel 4:7: Y vinieron magos, astrólogos, Caldeos, y adivinos: y dije el sueño delante de ellos, mas nunca me mostraron su declaración;
Daniel 4:8: Hasta tanto que entró delante de mà Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en el cual hay espÃritu de los dioses santos, y dije el sueño delante de él, diciendo:
Daniel 4:9: Beltsasar, prÃncipe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espÃritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, exprésame las visiones de mi sueño que he visto, y su declaración.
Daniel 4:10: Aquestas las visiones de mi cabeza en mi cama: ParecÃame que veÃa un árbol en medio de la tierra, cuya altura era grande.
Daniel 4:11: CrecÃa este árbol, y hacÃase fuerte, y su altura llegaba hasta el cielo, y su vista hasta el cabo de toda la tierra.
Daniel 4:12: Su copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y para todos habÃa en él mantenimiento. Debajo de él se ponÃan á la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacÃan morada las aves del cielo, y mantenÃase de él toda carne.
Daniel 4:13: VeÃa en las visiones de mi cabeza en mi cama, y he aquà que un vigilante y santo descendÃa del cielo.
Daniel 4:14: Y clamaba fuertemente y decÃa asÃ: Cortad el árbol, y desmochad sus ramas, derribad su copa, y derramad su fruto: váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.
Daniel 4:15: Mas la cepa de sus raÃces dejaréis en la tierra, y con atadura de hierro y de metal entre la hierba del campo; y sea mojado con el rocÃo del cielo, y su parte con las bestias en la hierba de la tierra.
Daniel 4:16: Su corazón sea mudado de corazón de hombre, y séale dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.
Daniel 4:17: La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la demanda: para que conozcan los vivientes que el AltÃsimo se enseñorea del reino de los hombres, y que á quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
Daniel 4:18: Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú pues, Beltsasar, dirás la declaración de él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su interpretación: mas tú puedes, porque hay en ti espÃritu de los dioses santos.
Daniel 4:19: Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, estuvo callando casi una hora, y sus pensamientos lo espantaban: El rey habló, y dijo: Beltsasar, el sueño ni su declaración no te espante. Respondió Beltsasar, y dijo: Señor mÃo, el sueño sea para tus enemigos, y su declaración para los que mal te quieren.
Daniel 4:20: El árbol que viste, que crecÃa y se hacÃa fuerte, y que su altura llegaba hasta el cielo, y su vista por toda la tierra;
Daniel 4:21: Y cuya copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y que para todos habÃa mantenimiento en él; debajo del cual moraban las bestias del campo, y en sus ramas habitaban las aves del cielo,
Daniel 4:22: Tú mismo eres, oh rey, que creciste, y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza, y ha llegado hasta el cielo, y tu señorÃo hasta el cabo de la tierra.
Daniel 4:23: Y cuanto á lo que vió el rey, un vigilante y santo que descendÃa del cielo, y decÃa: Cortad el árbol y destruidlo: mas la cepa de sus raÃces dejaréis en la tierra, y con atadura de hierro y de metal en la hierba del campo; y sea mojado con el rocÃo del cielo, y su parte sea con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos:
Daniel 4:24: Ãsta es la declaración, oh rey, y la sentencia del AltÃsimo, que ha venido sobre el rey mi señor:
Daniel 4:25: Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como á los bueyes, y con rocÃo del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que entiendas que el AltÃsimo se enseñorea en el reino de los hombres, y que á quien él quisiere lo dará.
Daniel 4:26: Y lo que dijeron, que dejasen en la tierra la cepa de las raÃces del mismo árbol, significa que tu reino se te quedará firme, luego que entiendas que el señorÃo es en los cielos.
Daniel 4:27: Por tanto, oh rey, aprueba mi consejo, y redime tus pecados con justicia, y tus iniquidades con misericordias para con los pobres; que tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.
Daniel 4:28: Todo aquesto vino sobre el rey Nabucodonosor.
Daniel 4:29: à cabo de doce meses, andándose paseando sobre el palacio del reino de Babilonia,
Daniel 4:30: Habló el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi grandeza?
Daniel 4:31: Aun estaba la palabra en la boca del rey, cuando cae una voz del cielo: Ã ti dicen, rey Nabucodonosor; el reino es traspasado de ti:
Daniel 4:32: Y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como á los bueyes te apacentarán: y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el AltÃsimo se enseñorea en el reino de los hombres, y á quien él quisiere lo da.
Daniel 4:33: En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fué echado de entre los hombres; y comÃa hierba como los bueyes, y su cuerpo se bañaba con el rocÃo del cielo, hasta que su pelo creció como de águila, y sus uñas como de aves.
Daniel 4:34: Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fué vuelto; y bendije al AltÃsimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorÃo es sempiterno, y su reino por todas las edades.
Daniel 4:35: Y todos los moradores de la tierra por nada son contados: y en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe su mano, y le diga: ¿Qué haces?
Daniel 4:36: En el mismo tiempo mi sentido me fué vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron á mÃ, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fuà restituÃdo á mi reino, y mayor grandeza me fué añadida.
Daniel 4:37: Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede á los que andan con soberbia.
Daniel 5:1: EL rey Belsasar hizo un gran banquete á mil de sus prÃncipes, y en presencia de los mil bebÃa vino.
Daniel 5:2: Belsasar, con el gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata que Nabucodonosor su padre habÃa traÃdo del templo de Jerusalem; para que bebiesen con ellos el rey y sus prÃncipes, sus mujeres y sus concubinas.
Daniel 5:3: Entonces fueron traÃdos los vasos de oro que habÃan traÃdo del templo de la casa de Dios que estaba en Jerusalem, y bebieron con ellos el rey y sus prÃncipes, sus mujeres y sus concubinas.
Daniel 5:4: Bebieron vino, y alabaron á los dioses de oro y de plata, de metal, de hierro, de madera, y de piedra.
Daniel 5:5: En aquella misma hora salieron unos dedos de mano de hombre, y escribÃan delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veÃa la palma de la mano que escribÃa.
Daniel 5:6: Entonces el rey se demudó de su color, y sus pensamientos lo turbaron, y desatáronse las ceñiduras de sus lomos, y sus rodillas se batÃan la una con la otra.
Daniel 5:7: El rey clamó en alta voz que hiciesen venir magos, Caldeos, y adivinos. Habló el rey, y dijo á los sabios de Babilonia: Cualquiera que leyere ésta escritura, y me mostrare su declaración, será vestido de púrpura, y tendrá collar de oro á su cuello; y en el reino se enseñoreará el tercero.
Daniel 5:8: Entonces fueron introducidos todos los sabios del rey, y no pudieron leer la escritura, ni mostrar al rey su declaración.
Daniel 5:9: Entonces el rey Belsasar fué muy turbado, y se le mudaron sus colores y alteráronse sus prÃncipes.
Daniel 5:10: La reina, por las palabras del rey y de sus prÃncipes, entró á la sala del banquete. Y habló la reina, y dijo: Rey, para siempre vive, no te asombren tus pensamientos, ni tus colores se demuden:
Daniel 5:11: En tu reino hay un varón, en el cual mora el espÃritu de los dioses santos; y en los dÃas de tu padre se halló en él luz é inteligencia y sabidurÃa, como ciencia de los dioses: al cual el rey Nabucodonosor, tu padre, el rey tu padre constituyó prÃncipe sobre todos los magos, astrólogos, Caldeos, y adivinos:
Daniel 5:12: Por cuanto fué hallado en él mayor espÃritu, y ciencia, y entendimiento, interpretando sueños, y declarando preguntas, y deshaciendo dudas, es á saber, en Daniel; al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese pues ahora á Daniel, y él mostrará la declaración.
Daniel 5:13: Entonces Daniel fué traÃdo delante del rey. Y habló el rey, y dijo á Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?
Daniel 5:14: Yo he oÃdo de ti que el espÃritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló luz, y entendimiento y mayor sabidurÃa.
Daniel 5:15: Y ahora fueron traÃdos delante de mÃ, sabios, astrólogos, que leyesen ésta escritura, y me mostrasen su interpretación: pero no han podido mostrar la declaración del negocio.
Daniel 5:16: Yo pues he oÃdo de ti que puedes declarar las dudas, y desatar dificultades. Si ahora pudieres leer ésta escritura, y mostrarme su interpretación, serás vestido de púrpura, y collar de oro tendrás en tu cuello, y en el reino serás el tercer señor.
Daniel 5:17: Entonces Daniel respondió, y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y tus presentes dalos á otro. La escritura yo la leeré al rey, y le mostraré la declaración.
Daniel 5:18: El altÃsimo Dios, oh rey, dió á Nabucodonosor tu padre el reino, y la grandeza, y la gloria, y la honra:
Daniel 5:19: Y por la grandeza que le dió, todos los pueblos, naciones, y lenguas, temblaban y temÃan delante de él. Los que él querÃa mataba, y daba vida á los que querÃa: engrandecÃa á los que querÃa, y á los que querÃa humillaba.
Daniel 5:20: Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espÃritu se endureció en altivez, fué depuesto del trono de su reino, y traspasaron de él la gloria:
Daniel 5:21: Y fué echado de entre los hijos de los hombres; y su corazón fué puesto con las bestias, y con los asnos monteses fué su morada. Hierba le hicieron comer, como á buey, y su cuerpo fué bañado con el rocÃo del cielo, hasta que conoció que el altÃsimo Dios se enseñorea del reino de los hombres, y que pondrá sobre él al que quisiere.
Daniel 5:22: Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto:
Daniel 5:23: Antes contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, é hiciste traer delante de ti los vasos de su casa, y tú y tus prÃncipes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos: demás de esto, á dioses de plata y de oro, de metal, de hierro, de madera, y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben, diste alabanza: y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.
Daniel 5:24: Entonces de su presencia fué enviada la palma de la mano que esculpió ésta escritura.
Daniel 5:25: Y la escritura que esculpió es: MENE, MENE, TEKEL, UPHARSIN.
Daniel 5:26: La declaración del negocio es: MENE: Contó Dios tu reino, y halo rematado.
Daniel 5:27: TEKEL: Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto.
Daniel 5:28: PERES: Tu reino fué rompido, y es dado á Medos y Persas.
Daniel 5:29: Entonces, mandándolo Belsasar, vistieron á Daniel de púrpura, y en su cuello fué puesto un collar de oro, y pregonaron de él que fuese el tercer señor en el reino.
Daniel 5:30: La misma noche fué muerto Belsasar, rey de los Caldeos.
Daniel 5:31: Y DarÃo de Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.
Daniel 6:1: PARECIà bien á DarÃo constituir sobre el reino ciento veinte gobernadores, que estuviesen en todo el reino.
Daniel 6:2: Y sobre ellos tres presidentes, de los cuales Daniel era el uno, á quienes estos gobernadores diesen cuenta, porque el rey no recibiese daño.
Daniel 6:3: Pero el mismo Daniel era superior á estos gobernadores y presidentes, porque habÃa en él más abundancia de espÃritu: y el rey pensaba de ponerlo sobre todo el reino.
Daniel 6:4: Entonces los presidentes y gobernadores buscaban ocasiones contra Daniel por parte del reino; mas no podÃan hallar alguna ocasión ó falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fué en él hallado.
Daniel 6:5: Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en la ley de su Dios.
Daniel 6:6: Entonces estos gobernadores y presidentes se juntaron delante del rey, y le dijeron asÃ: Rey DarÃo, para siempre vive:
Daniel 6:7: Todos los presidentes del reino, magistrados, gobernadores, grandes y capitanes, han acordado por consejo promulgar un real edicto, y confirmarlo, que cualquiera que demandare petición de cualquier dios ú hombre en el espacio de treinta dÃas, sino de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones.
Daniel 6:8: Ahora, oh rey, confirma el edicto, y firma la escritura, para que no se pueda mudar, conforme á la ley de Media y de Persia, la cual no se revoca.
Daniel 6:9: Firmó pues el rey DarÃo la escritura y el edicto.
Daniel 6:10: Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entróse en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalem, hincábase de rodillas tres veces al dÃa, y oraba, y confesaba delante de su Dios, como lo solÃa hacer antes.
Daniel 6:11: Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron á Daniel orando y rogando delante de su Dios.
Daniel 6:12: Llegáronse luego, y hablaron delante del rey acerca del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que pidiere á cualquier dios ú hombre en el espacio de treinta dÃas, excepto á ti, oh rey, fuese echado en el foso de los leones? Respondió el rey y dijo: Verdad es, conforme á la ley de Media y de Persia, la cual no se abroga.
Daniel 6:13: Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel que es de los hijos de la cautividad de los JudÃos, no ha hecho cuenta de ti, oh rey, ni del edicto que confirmaste; antes tres veces al dÃa hace su petición.
Daniel 6:14: El rey entonces, oyendo el negocio, pesóle en gran manera, y sobre Daniel puso cuidado para librarlo; y hasta puestas del sol trabajó para librarle.
Daniel 6:15: Empero aquellos hombres se reunieron cerca del rey, y dijeron al rey: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia, que ningún decreto ú ordenanza que el rey confirmare pueda mudarse.
Daniel 6:16: Entonces el rey mandó, y trajeron á Daniel, y echáronle en el foso de los leones. Y hablando el rey dijo á Daniel: El Dios tuyo, á quien tú continuamente sirves, él te libre.
Daniel 6:17: Y fué traÃda una piedra, y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo, y con el anillo de sus prÃncipes, porque el acuerdo acerca de Daniel no se mudase.
Daniel 6:18: Fuése luego el rey á su palacio, y acostóse ayuno; ni instrumentos de música fueron traÃdos delante de él, y se le fué el sueño.
Daniel 6:19: El rey, por tanto, se levantó muy de mañana, y fué apriesa al foso de los leones:
Daniel 6:20: Y llegándose cerca del foso llamó á voces á Daniel con voz triste: y hablando el rey dijo á Daniel: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, á quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones?
Daniel 6:21: Entonces habló Daniel con el rey: oh rey, para siempre vive.
Daniel 6:22: El Dios mÃo envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen mal: porque delante de él se halló en mà justicia: y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho lo que no debiese.
Daniel 6:23: Entonces se alegró el rey en gran manera á causa de él, y mandó sacar á Daniel del foso: y fué Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque creyó en su Dios.
Daniel 6:24: Y mandándolo el rey fueron traÃdos aquellos hombres que habÃan acusado á Daniel, y fueron echados en el foso de los leones, ellos, sus hijos, y sus mujeres; y aun no habÃan llegado al suelo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos, y quebrantaron todos sus huesos.
Daniel 6:25: Entonces el rey DarÃo escribió á todos los pueblos, naciones, y lenguas, que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada:
Daniel 6:26: De parte mÃa es puesta ordenanza, que en todo el señorÃo de mi reino todos teman y tiemblen de la presencia del Dios de Daniel: porque él es el Dios viviente y permanente por todos los siglos, y su reino tal que no será desecho, y su señorÃo hasta el fin.
Daniel 6:27: Que salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; el cual libró á Daniel del poder de los leones.
Daniel 6:28: Y este Daniel fué prosperado durante el reinado de DarÃo, y durante el reinado de Ciro, Persa.
(SpaRV)
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